martes, 29 de junio de 2010

Corre San Borja: comprando vida


Una de las características de San Borja es la promoción del deporte, simbolizado sobre todo por lo que sucede alrededor del llamado Pentagonito. Ahí, miles de personas a la semana ejercitan su cuerpo de distintas formas. El acierto de la actual gestión municipal, ha sido potenciar esa voluntad de mejora de la salud de los sanborjinos y de gente de otros distritos. San Borja ya es sin duda el referente de la actividad deportiva física y sobre todo de correr; tanto así que las principales carreras o maratones que se dan en el país parten del Pentagonito.

Lo que pareciera algo reciente no lo es. Los que habitamos en San Borja de toda vida, y sobre todo los que estamos cerca del Pentagonito, corremos desde mucho antes de que la fiebre se desatara. En los tiempos de la guerra interna, el perímetro de esta instalación militar estaba rodeado de tranqueras y el paso restringido. Éramos algunos los que corríamos, sobre todo de día, porque la noche se tornaba peligrosa. Con la caída de la subversión las cosas comenzaron a cambiar, y la comunidad fue recuperando lentamente este enrome espacio que sólo se le pudo ocurrir seccionar a alguien tan anodino como Ántero Flores.

Bagua Borja

Ese momento sucedido hace poco fue simbólico y se relacionó directamente con la protesta social del país. Así los vecinos de San Borja no lo acepten, la protesta que tuvimos para evitar la venta del Pentagonito, tiene el mismo origen y es análoga a las protestas de distintos pueblos indígenas del país que exigen se les consulte y rechazan la inversión privada en sus espacios. Porque lo que sucedió en San Borja fue eso, un rechazo frontal a la intensión de imponer una gran inversión para construir el mayor centro de convenciones de Lima sobre un área verde administrada por el ejército.

Exactamente lo mismo reclaman distintas comunidades en el país: que se les consulte antes de una obra y que tengan la libertad de rechazarla si así lo deciden. Los nativos de la curva del diablo en Bagua expresaban lo mismo que los vecinos protestando en la avenida San Borja Sur. Lamentablemente el vecino sanborjino promedio no entiende ni asume esa relación, y prioriza razones para rechazar, por ejemplo, la construcción del Hospital del Niño, que en buena hora existirá, o evitar que haya un paradero del tren eléctrico en San Borja Sur con Aviación, lo cual es un despropósito que caricaturiza al distrito.

No es la forma

Volviendo a nuestro tema, acaso se pueda confundir la voluntad de correr y de estar en forma con un afán meramente estético. Si bien el ejercicio físico influye en la forma de nuestro cuerpo, eso es lo secundario. Lo sustancial es que el deporte, en este caso el correr, es un estilo de vida, el que más asegura contar con una salud equilibrada. El deporte acerca al humano a límites impensables desde alguna otra práctica; conecta al cuerpo con la esencia de la materia, de donde proviene todo lo que conocemos: el universo mismo. Porque así suene exagerado para algunos, la exigencia física hace que la máquina del cuerpo funcione a toda su capacidad, y en ese esfuerzo no hay más lazo que el del humano con el tiempo y con el espacio.

Comprando vida

Promover el deporte es una de las riquezas que alberga este distrito y que se está irradiando en Lima y en las otras regiones. Esta situación a sido fruto de voluntades particulares que antes de que el municipio priorizara su impulso, ya recorrían una dos tres cuatro o cinco veces sin parar los 4.3 kilómetros de perímetro que tiene el Pentagonito. Bien harían las autoridades políticas en salud si observaran a la práctica deportiva no como un hecho aislado de la salud pública, sino como un aspecto central. Si bien no todos se animarán a practicar algún deporte, al menos los que lo hagan compraran vida sin gastar un sol, porque al terminar de correr es nítido que el cuerpo sabe que vivirá un poco más y de mejor forma.

Pero también hay de los otros, los que creen que comprarse la ropa deportiva de moda cuando viene el mundial o las olimpiadas es suficiente para sentirse deportistas. Felizmente el deporte, en la mayoría de los casos, no requiere de implementos caros o tecnologías modernas, sino de voluntad para buscar romper en cada nueva oportunidad lo logrado en la anterior. Esa es la esencia, superar lo de ayer; pero ello no se logra de un salto, sino acumulando lenta pero sostenidamente esfuerzos que en determinado momento permitirán lograr una nueva marca. Así como el arte, el deporte permite una entrada distinta a la rutina de la vida, una ventana que al abrirla refrescará con su brisa.

Hoy que viene el mundial, a veces como que se pierde esa esencia y la lógica del consumo suplanta la competencia deportiva. Si bien en el caso de fútbol o en muchos deportes es innegable que existe un lado de negocio, lo cierto es que a pesar de la enorme fuerza de ello, la esencia del asunto permanece intacta, y en las canchas lo que prima es la competencia emanada del juego. Porque finalmente el deporte nos recuerda que las cosas en este mundo son menos complicadas y complejas de lo que nos quieren hacer creer: estamos en medio de infinitos juegos, unos deportivos otros no. Juegos de consecuencias graves y serias en muchos casos, pero juegos al fin.

Alexandro Saco
3 6 2010

No hay comentarios.: