La oposición encabezada por el
PPC en el consejo de Lima expresó inexperiencia y hasta provocación. Están
frescas las imágenes de algunos de sus regidores armando escándalos en los
salones municipales, las continuas entrevistas a Alberto Valenzuela en Correo o
en Sin Medias Tintas, que más que para informar o sentar posición, contribuían
al libreto demoledor. Esta orientación se diferencia de que parece haber esperado
su momento para aflorar al interior de la bancada, expresada por Pablo Secada,
que más allá de la posición ideológica (que habrá que discutir en otro momento)
fue ajena al aprovechamiento político.
Lo que quiero expresar es que hubo una corriente al interior de la bancada municipal del PPC que desde el inicio de la gestión de Susana apostó debilitar la gestión, y que fue Lourdes Flores la que tuvo que llegar a poner orden en este juego. Tanto así que el propio Raúl Castro (el limeño no el cubano) días antes de presentar a Fuerza Social el famoso Pacto por Lima se orientaba claramente a favor de que el PPC respaldara el SI (revisen las entrevistas sobre todo una de inicios de año en RPP). En todo caso, si de liderazgos se trata, el de Lourdes demostró que es capaz de controlar las cabezas calientes del partido, que llegaron a votar a favor de un alucinante pedido de vacancia contra Susana.
Lo que sí resulta lamentable, y
no se puede dejar de señalar, es este ángulo patriarcal y aristocrático de la visión
de Luis Bedoya Reyes (Caretas 2275) sobre su decisión de apoyar a Susana; las
palabras hablan por sí solas: “El Chancho Villarán que fue alcalde de San
Isidro era muy cercano. Y con la familia de la Puente y Lavalle he tenido una
amistad continuada. Entonces el nombre de Susana no me fue extraño. Grande fue
la sorpresa cuando me enteré de que alguna amistad tenía con mis hijas… Y al
año y medio ya me vapulen a esta pobre
mujer… Yo no conocía a la señora Susana. Tenía el recuerdo del apellido y
una amistad por un lado y otro que de alguna manera obliga. Por eso me metí en
la danza…”
Quizá esta disputa por la
orientación del PPC, en la que chocan la apuesta arriesgada y principista de
Lourdes, la agitación de los novatos regidores por ganar cámaras y titulares,
la perspectiva liberal institucional y el conservadurismo ultraconservador, sea
la que el partido deba resolver de cara al 2016 si es que no quiere terminar
nuevamente superado por otro auquénido de Harvard, por el pecado y no delito de
uno de sus más connotados líderes, o por el error inaceptable de Lourdes al
haber aceptado ser presidenta de la empresa de uno de los presuntos (presunto es
un decir) mayores narcotraficantes del país. Sí Lourdes, si quieres ser
presidenta de nuestro país, esperamos las disculpas por el caso Cataño.
Como ya se ha señalado, estamos en
la etapa de construcción de los relatos de la revocatoria del 17 de marzo, y
por eso la necesidad de tener el panorama completo. Ante una derecha política y
mediática que olímpicamente desconoce que el tremendo repunte (¿único en
nuestra historia electoral?) de Susana y del NO, y que éste se construyó sobre
la base de miles de activistas y voluntades hoy evaporadas del análisis, con
mayor razón contextualizar lo ocurrido. Otra forma de ver lo ocurrido: el NO
remontó el 21% de apoyo y lo convirtió en 45% a fuerza del empuje de miles de
activistas y de sus propias fuerzas, y al final llegaron otros que se treparon
al carro sumando unos puntitos. ¿No va no?
Metida de pata histórica: Es
alucinante que la propia Lourdes reconozca el valor de Javier Diez Canseco
asistiendo al reconocimiento y declarando más allá de ojerizas ideológicas, y
algunos desubicados congresistas hayan votado a favor de sancionarlo como Luis
Galarreta y Marisol Pérez Tello, en fin (otros se ausentaron).
Alexandro Saco
No hay comentarios.:
Publicar un comentario