miércoles, 7 de noviembre de 2007

Legalize it now


Décadas de política anti drogas basada en la prohibición y lo único que se ha logrado es fortalecer a las mafias de narcotraficantes. Son éstas las que cada vez acumulan más poder económico, las que en distintos países toman las calles para sus ajustes de cuentas o las que asesinan policías y jueces. Lo que sucede en Colombia o México antes visto a la distancia, hoy se acerca a nuestro medio sin que los responsables políticos sepan qué hacer. Se resucitan planes, se habla de barones y zares de la coca, se capturan cargamentos y se mata a burriers en la sierra, pero los narcotraficantes cada vez son más poderosos.

La prohibición genera más ganancias y poder en quienes a su sombra desarrollan formas de abastecimiento y comercio. Eso, sumado a un discurso oficial que no debate sino condena, cierra el círculo sobre reales soluciones al tráfico ilícito de drogas. Muchos consideramos que una opción realista, ante el fracaso constante de las políticas anti drogas, es iniciar el proceso de legalización o no prohibición de éstas sustancias; con todo el detalle que eso requiera. No por el hecho escandalizar con una propuesta así, sino porque todo lo que se dice acerca de esa lucha ficticia es repetitivo y apela a la fuerza de combate de los Estados. Olvidan los que avalan continuidad de esas políticas que si el Estado compra dos balas para combatirlos, los narcotraficantes comprarán cuatro porque su capacidad económica es enorme.

La guerra contra el narcotráfico es una excusa para no combatirlo y generar una situación constante de defensa que es utilizada en la mayoría de los casos políticamente. Por el contrario, si legalizáramos el comercio de las sustancias prohibidas arrancaríamos a las mafias la mayor parte de su poder, podríamos gravar con impuestos elevadísimos a los productores y comercializadores, y ese dinero recaudado en primera instancia se podría destinar a campañas de rehabilitación y educación sobre estas sustancias; no es casual que los principales objetores a la legalización sean los narcotraficantes. La legalización no involucra un crecimiento de la adicción en la sociedad. Si fuera así, nuestras sociedades tendrían millones y millones de alcohólicos ya que estas bebidas se expenden en cualquier comercio.

El asunto de la adicción no pasa por la oferta de la sustancia prohibida o legal, pasa por la personalidad del individuo que se enfrenta al consumo. Si no fuera así, todos los que alguna vez en su vida han probado alcohol u otra sustancia quedarían enganchados a éstas. El enganche es un tema sicológico que va más allá de la oferta, y que depende de factores arraigados en la personalidad. No se trata de alentar el consumo, aunque el del alcohol se aliente abiertamente como en el caso del Pisco Peruano*, se trata de sentar bases de una perspectiva que signifique una vuelta de tuerca en este tema cíclico, y que los gobernantes dejen de utilizar la violencia del narcotráfico para sus intereses.

La banca internacional se nutre de los miles de millones de dólares que este negocio genera, y todos lo sabemos; las fuerzas del orden en muchos casos se alían con las mafias y cuando surge un verdadero defensor de esta legalidad se encuentra indefenso como el teniente Zegarra en Acobamba. El Poder Judicial es insignificante para enfrentar todos los alcances de este negocio, y si cada cierto tiempo logramos encerrar a un Zevallos no hay garantía de que no siga vigilando sus intereses desde la prisión. Por eso la lucha contra el narcotráfico, en las actuales condiciones, es antes que nada desgastante para el Estado por que su capacidad de respuesta es rebasada.

El tema es complejo. Pero se hace evidente debatir sobre las drogas no enmarcados la prohibición, que termina beneficiando a los que poseen el monopolio de su comercio. Es un lugar común decir que el narcotráfico es el principal flagelo** de la sociedad hoy. El asunto es que nuestras perspectivas ancladas en exigencias internacionales que no son similares en otras latitudes, nos impiden elaborar acciones e ideas que se desprendan de la verdad oficial sobre el tema.

En necesario hacer precisiones y distinciones al respecto, como la diferenciación entre plantas y sustancias que necesitan de un proceso químico para ser consumidas. Comenzar por normalizar la marihuana despejaría algunos de los tabúes sobre el tema. El fondo es claro: no es justo para nuestras sociedades continuar otros cuarenta años desgastando esfuerzos por un sentido común que no resiste ningún análisis sereno. Las intenciones de muchas organizaciones que trabajan éstos temas a la sombra de políticas prohibicionistas deberían abrirse a un cambio de mentalidad. Habrá Plan VRAE uno dos tres o nueve, mientras no se busquen formas para cortar de raíz el poder cada día más creciente del narcotráfico, ya que hasta la fecha, con los mitos expandidos, lo único que hacemos es trabajar para ellos.

* Hace unos meses El Comercio titulaba: Consumo de pisco crece entre los jóvenes peruanos. Cambiemos de sustancia para observar la dimensión de la apología: Consumo de marihuana crece entre los jóvenes peruanos.
** Según Baldomero Cáceres esto del llamado flagelo nace de una crítica a Freud que recomendó cocaína a un paciente para evitar la depresión. El primer flagelo según el crítico de la época sería el alcohol, el segundo el opio y el tercero la cocaína.

Alexandro Saco
6 11 2007

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sr. Alexandro Saco:
Soy un estudiante de la universidad Nacional Federico Villarreal.
Junto a unos compañeros estamos realizando un programa de televisión interno que se llama Puntos de Vista y que trata sobre problemas sociales.
Para esta ocasión trataremos los temas de legalización de la marihuana y la creación de una zona rosa en Lima.
Cada tema tiene un informe y un debate sobre el mismo. Es por ello que quisiéramos pedirle pueda participar en el debate sobre la legalización de la marihuana. El otro ponente sería de CEDRO.
El debate se realizaría el lunes 6 de julio a las 5 de la tarde en el taller de audiovisuales de la universidad que se ubica Jr.Colmena en el Centro de Lima.
Espero pueda colaborar con nosotros.

Muchas gracias

Bruno Macha Parillo
brunex1309@hotmail.com