lunes, 9 de junio de 2008

Barnechea returns

Estado mercado, comercio tecnología, internet y redes, CONCYTEC

Alfredo Barnechea vuelve a la prensa nacional, en buena hora. Su artículo del ocho de junio se titula La política que falta y alude seis temas que configuran un nuevo momento en la escena mundial. Señala Barnechea: En todas partes hay un replanteamiento de la dirección de las políticas económicas. De nuevo el Estado aparece como una realidad tan decisiva como el mercado…

Afirmación que abre una ventana. Si bien el comercio es un agente dinamizador e igualador y que las libertades económicas son condición necesaria para el avance social, lo que ha sucedido es que esa libertad económica se ha distorsionado y creado entelequias como la del libre comercio. Apoyados en esa supuesta libertad económica o comercial, lo que han hecho las corporaciones ha sido replicar lo que se criticaba en los Estados: control, monopolio, imposibilidad de dialogo entre un ciudadano y una corporación; y los que justifican en la libertad económica que las corporaciones hagan lo que les da la gana porque sólo la inversión nos salvará, teorizan ya inútilmente hoy que el mundo va en sentido contrario. Si bien esa constatación no es carta blanca para que nuevamente otorguemos al Estado un carácter de solucionador innato, Barnechea señala que el balance Estado mercado es obvio. El asunto sería ubicar tanto a Estado como al mercado en sus límites.

Luego Barnechea se pregunta: ¿Ha sido el libre comercio la causa del progreso o se ha confundido al conductor del progreso con la causa: la tecnología? Y la respuesta es clara. El comercio por sí mismo no saca de la pobreza a naciones ni a personas, sino los productos que se comercian. Las historias de grandes empresarios no son la continuidad de la venta de naranjas, telas o gaseosas, sino justamente la creación de una nueva oferta. Hoy la apuesta peruana no es por la innovación ni la creatividad, sino por el comercio de piedras, papas u otros productos sin el plus tecnológico. Y así los agoreros olímpicos crean que ese modelo es el destino manifiesto, lo cierto es que hace agua. No hay que asustarse cuando se habla de cambio de modelo, porque justamente eso es lo que necesitamos: para crear la tecnología que a otros les interese, para dar a CONCYTEC por lo menos 600 millones de soles al año.

Hay un tercer punto interesante: La emergencia masiva de nuevos nómades: En parte inmigrantes que envían remesas pero también valores e ideas. Ciudadanos globales que no tienen ataduras a naciones sino a mega ciudades… con la capacidad de crear redes enormes que trascienden fronteras culturas y familias. Considero que esta es la constatación mayor de los cambios sociales a 2008. Uno el tema de las mega ciudades, de las que Lima es una de las veinte principales. Megaurbes con una dinámica cerrada pero a la vez conectada a todo el planeta. Lima es un mundo es sí misma, cuatro espacios agrupados por un centro inevitable, caótica pero veloz, que debe repensar su relación con la periferia nacional.

Y desde esas ciudades o desde espacios urbanos distintos internet es ya el medio de comunicación, información y relaciones personales o grupales más importante. Es la revolución invisible que aún no comprendemos. Es el espacio en el que la censura es casi inexistente, y por eso hay que cuidarlo. Esta relación ubicua y libre que la red genera es uno de los puntos centrales de la política de este siglo. La ONU aún no puede llegar a acuerdos respecto de los mecanismos para garantizar el fluido de las ideas en la red y muchos estados ya accionan para limitarla.

Barnechea como en sus libros trae una brisa sobre la contaminación ambiente del análisis político nacional, apostando por un centro despreciado y enfocando lo que el provincianismo pseudo liberal peruano opaca negándose a un debate global. En el país se discute negando el ayer y mirando un espejismo de futuro, cuando lo que hay que hacer es tomar el ayer para entregarnos con todo a las dinámicas del mañana. Se obstruye el debate sin aceptar que crecimiento sin distribución sirve de muy poco y se apela a los extremos cuando el mundo está de vuelta en esos temas.

Alexandro Saco
8 6 2008

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