Es casi obvio que el chavismo apoya de distintos modos a la pareja Ollanta Nadine. Y de seguro el ajedrez de Chávez considera al Perú como un bastión a conquistar. ¿Pero ese es el problema del país? ¿Acaso no somos peones de otro ajedrez orquestado y financiado desde diversos intereses? El fantasma de Chávez influye en los conservadores y manipula a una buena parte de la población; pero la persecución política a Humala lo favorece. Sí, existe una persecución política, como en todo autoritarismo, contra la pareja nacionalista. Una cosa es hacer público un financiamiento nada claro, y otra la sistemática presión sobre los opositores.
En el caso de que Ollanta ganara las elecciones el 2011, con el poder que tiene la ultra derecha, los grados de manipulación que los medios ejercen y el ánimo conservador, el proyecto nacionalista no podría aplicar medidas como las de Venezuela o Bolivia. Humala u otro no alineado como presidente el 2011, debería ser el inicio de un largo proceso de recuperación de las libertades políticas que permitan el desarrollo social; un periodo que abra el camino hacia el post senderismo/fujimorismo. Una etapa necesaria para construir una democracia liberal, ya que el fundamento de ésta es la alternancia de opciones políticas en el ejercicio del poder.
Como otros hechos vienen demostrando, el caso Nadine no es un problema de izquierdas y derechas, sino de establecer un horizonte en el que las perspectivas políticas tengan libertad de acción, u optar por fortalecer el proyecto autoritario que disfrazado de democracia se expande como un cáncer entre los políticos y medios. Ese proyecto, como no podía ser de otro modo, deja ver su sustancia en el impulso que le otorga a Keiko y en la complicidad del BCP. Y si no es Keiko la cabecilla, será alguno de los otros que hacen cola para besar la mano de Cipriani, de Romero, de Baruch, de Genaro.
Izquierda ecológica liberal
Es confuso, pero la izquierda, el progresismo y hasta los liberales (si es que los hay en el país) deberán hacer el esfuerzo por construir un referente nacional en menos de dos años o finalmente optar por acompañar a Humala frente al aparato de poder direccionado para la continuidad. Y creo que muchos estamos de acuerdo y apoyaremos construir una alternativa con ideas renovadas para el 2011, pero la realidad, la dispersión y el aparato pro fascista llevarán a una confrontación en la que a las alternativas les será muy complicado aparecer en el mapa político. Y en esa confusión y opacidad con la sombra de Chávez presente, Humala seguiría canalizando el descontento por las arbitrariedades y crímenes que el régimen produce.
El progresismo, el liberalismo, el ecologismo, la izquierda, deben hacer todo el esfuerzo por ingresar al mapa electoral (aunque con las encuestadoras que tenemos nada garantiza que una presencia sea visible) o al menos al imaginario popular, para así, desde un trabajo y una legitimidad integral en relación al país, obligar a Ollanta, de ser el caso, a incorporar en el entorno de ese proyecto, cuadros no nacionalistas e ideas liberales y ecologistas. Pero si la demolición a Humala lograra su objetivo, esa construcción progresista ecológica liberal junta o separada, estaría legitimada para ocupar el lugar del demolido, como sucedió en 2000 tras las sucesivas ofensivas contra Andrade y Castañeda.
El mito del antisistema
El régimen iniciado en 1992 (con un Toledo distinto a Fujimori o García, pero incapaz de salir del esquema) es una involución autoritaria en la que un proyecto país no existe. La lógica persistente que antepone crecimiento e inversión a todas las necesidades a las que esos dos elementos deben servir, e inventa el disparate de que la pobreza se supera con 229 soles al mes, ha creado el mito del antisistema para legitimarse. Lo cierto es que en el país no existe ningún sistema que nos beneficie, sino una suma de intereses impulsados por capos de mafias y operadores de distinto alcance, que atrincherados en sus industrias o servicios, han logrado poner a sus pies a los sucesivos gobiernos. Los políticos y los medios que defienden ese supuesto sistema, son los sicarios encargados de asesinar el espíritu y la aspiración democrática y liberal en nuestro país.
Los nuevos vientos políticos y de pensamiento que en el mundo hoy avanzan, en el Perú están vetados porque a la sombra de un sistema inexistente el fanatismo conservador ha logrado mantener a la sociedad en un shock permanente. Ese conservadurismo es la otra cara del senderismo, su reflujo, y por eso debe ser vencido desde los votos que la democracia permite.
Aquellos que no son parte de esa maquinaria, pero que en su aspiración aséptica no identifican la naturaleza del régimen, retardan la llegada de una nueva etapa necesaria. Ollanta y Nadine, financiados o no por Chávez, son un tema relevante. Pero el centro de la situación es el régimen autoritario. Una muestra de los grados de abyección a los que llega este régimen inaugurado el 92, es que varios de los que se enfrenaron a Fujimori, como la Valenzuela, se han trasmutado hoy con sus llamados violentos, en promotores de Keiko.
Alexandro Saco
10 5 2009
En el caso de que Ollanta ganara las elecciones el 2011, con el poder que tiene la ultra derecha, los grados de manipulación que los medios ejercen y el ánimo conservador, el proyecto nacionalista no podría aplicar medidas como las de Venezuela o Bolivia. Humala u otro no alineado como presidente el 2011, debería ser el inicio de un largo proceso de recuperación de las libertades políticas que permitan el desarrollo social; un periodo que abra el camino hacia el post senderismo/fujimorismo. Una etapa necesaria para construir una democracia liberal, ya que el fundamento de ésta es la alternancia de opciones políticas en el ejercicio del poder.
Como otros hechos vienen demostrando, el caso Nadine no es un problema de izquierdas y derechas, sino de establecer un horizonte en el que las perspectivas políticas tengan libertad de acción, u optar por fortalecer el proyecto autoritario que disfrazado de democracia se expande como un cáncer entre los políticos y medios. Ese proyecto, como no podía ser de otro modo, deja ver su sustancia en el impulso que le otorga a Keiko y en la complicidad del BCP. Y si no es Keiko la cabecilla, será alguno de los otros que hacen cola para besar la mano de Cipriani, de Romero, de Baruch, de Genaro.
Izquierda ecológica liberal
Es confuso, pero la izquierda, el progresismo y hasta los liberales (si es que los hay en el país) deberán hacer el esfuerzo por construir un referente nacional en menos de dos años o finalmente optar por acompañar a Humala frente al aparato de poder direccionado para la continuidad. Y creo que muchos estamos de acuerdo y apoyaremos construir una alternativa con ideas renovadas para el 2011, pero la realidad, la dispersión y el aparato pro fascista llevarán a una confrontación en la que a las alternativas les será muy complicado aparecer en el mapa político. Y en esa confusión y opacidad con la sombra de Chávez presente, Humala seguiría canalizando el descontento por las arbitrariedades y crímenes que el régimen produce.
El progresismo, el liberalismo, el ecologismo, la izquierda, deben hacer todo el esfuerzo por ingresar al mapa electoral (aunque con las encuestadoras que tenemos nada garantiza que una presencia sea visible) o al menos al imaginario popular, para así, desde un trabajo y una legitimidad integral en relación al país, obligar a Ollanta, de ser el caso, a incorporar en el entorno de ese proyecto, cuadros no nacionalistas e ideas liberales y ecologistas. Pero si la demolición a Humala lograra su objetivo, esa construcción progresista ecológica liberal junta o separada, estaría legitimada para ocupar el lugar del demolido, como sucedió en 2000 tras las sucesivas ofensivas contra Andrade y Castañeda.
El mito del antisistema
El régimen iniciado en 1992 (con un Toledo distinto a Fujimori o García, pero incapaz de salir del esquema) es una involución autoritaria en la que un proyecto país no existe. La lógica persistente que antepone crecimiento e inversión a todas las necesidades a las que esos dos elementos deben servir, e inventa el disparate de que la pobreza se supera con 229 soles al mes, ha creado el mito del antisistema para legitimarse. Lo cierto es que en el país no existe ningún sistema que nos beneficie, sino una suma de intereses impulsados por capos de mafias y operadores de distinto alcance, que atrincherados en sus industrias o servicios, han logrado poner a sus pies a los sucesivos gobiernos. Los políticos y los medios que defienden ese supuesto sistema, son los sicarios encargados de asesinar el espíritu y la aspiración democrática y liberal en nuestro país.
Los nuevos vientos políticos y de pensamiento que en el mundo hoy avanzan, en el Perú están vetados porque a la sombra de un sistema inexistente el fanatismo conservador ha logrado mantener a la sociedad en un shock permanente. Ese conservadurismo es la otra cara del senderismo, su reflujo, y por eso debe ser vencido desde los votos que la democracia permite.
Aquellos que no son parte de esa maquinaria, pero que en su aspiración aséptica no identifican la naturaleza del régimen, retardan la llegada de una nueva etapa necesaria. Ollanta y Nadine, financiados o no por Chávez, son un tema relevante. Pero el centro de la situación es el régimen autoritario. Una muestra de los grados de abyección a los que llega este régimen inaugurado el 92, es que varios de los que se enfrenaron a Fujimori, como la Valenzuela, se han trasmutado hoy con sus llamados violentos, en promotores de Keiko.
Alexandro Saco
10 5 2009
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