domingo, 7 de junio de 2009

Disparate 229 al mes


La ofensiva sobre la reducción de la pobreza es una manipulación evidente. Sostener que con 229 soles de ingreso mensual se supera la pobreza es un disparate. Primero porque 229 soles al mes son insuficientes para aspirar a una vida digna; no hay más que sumar lo que con ello se puede adquirir de una canasta vital básica para entenderlo. Segundo porque así los estadísticos y economistas construyan índices, indicadores y teorías sobre la reducción de la pobreza, éstas son irrelevantes frente a la realidad. Y la realidad es que la pobreza no es la suma de 229 monedas, sino toda una situación llena de complejidades que tiene que ver con acceso a derechos y construcción de libertades, entornos favorables para la vida, condiciones mínimas para desarrollarnos como humanos. Enfocar la reducción de la pobreza desde el dinero es uno de los mitos de la actualidad.

Pero el régimen político sigue empeñado en la farsa de que 229 soles al mes es la valla que coloca al Perú como el tigre andino. Así como en el deporte, si decidimos colocar la valla lo más bajo posible, obviamente haremos el menor esfuerzo para superarla. Colocar la valla en 229 soles es como si un atleta de salto alto se contentara colocando la barra a un metro veinte de altura. Así como el atleta hace poco esfuerzo por superar el metro veinte, hoy el gobierno no hace el esfuerzo necesario porque la valla está ridículamente baja. Y no necesita hacer el esfuerzo porque es claro que en el país desde hace varios años existe más dinero circulando y ello seguirá siendo así; la medida de los 229 soles es la forma más sencilla de dejar de lado los problemas estructurales.

Cayendo en la trampa

Lo más triste es que la mayoría de políticos, analistas o economistas ha caído en la trampa de los 229, cuando no hay posibilidad de enfrentar la pobreza si primero no desterramos esa medida. Aspirar a más pasa por evidenciar las acrobacias que desde el INEI se vienen haciendo e incorporar en la superación de la pobreza los otros elementos necesarios para una vida digna. Medir algo tan lacerante para la mayoría del país desde 229 monedas es una invitación a la rebelión, porque el discurso hegemónico presenta una perspectiva que no tiene asidero en la realidad: expresa desprecio por los pobres del país al decirles que ya no son pobres.

Si en todo caso los gobernantes no aceptan incorporar los otros elementos necesarios para hablar de superación de la pobreza, entonces al menos pongamos la valla más alta. 1000 soles al mes es una medida mínima para asumir que la pobreza se va superando. Si colocamos la valla en ese monto, observaremos que con una medida realista en el Perú por lo menos el 65% de la población es pobre. Desde ese punto de partida recién podremos aspirar a avanzar hacia un desarrollo social, en el que la pobreza sea vista como la realidad que es y no como la dibuja la mente los que avalan los 229 soles.

En contra de la historia

Llegará el momento en que en un acto de libertad social e individual, la antojada medida de hoy sea superada. Y esto se traslada también al campo global, ya que desde hace mucho la manipulación se mantiene con el cuento análogo de que con más de un dólar al día se supera la pobreza. Por eso países como la China totalitaria o la India, en los que como en el Perú existe más dinero en circulación, son usados por los organismos financieros internacionales para sostener que en el mundo la pobreza viene cayendo constantemente. Estar adscritos como país a las corrientes de pensamiento que con el discurso de libertad empresarial y de comercio reducen libertad individual al espejismo de los 229 soles al mes, es por lo menos una actitud anti histórica.

La libertad básica, sustantiva y columna de un ordenamiento que permita el desarrollo social, es la libertad individual. Todas las demás libertades deben contribuir a consolidar ésta. Colocar la libertad mega empresarial o la de comercio por sobre la libertad de una persona para acceder a derechos básicos y libertades, es un contrasentido que persiste y controla la política mundial. Por eso el discurso neoliberal es vacío y sus consecuencias palpables: traviste la libertad, privilegia otras libertades que no inciden en el colectivo social ni en las necesidades individuales. Dejar de lado el discurso de los 229 soles o del dólar al día redundará directamente en el significado de la libertad que hoy se ha maquillado.

Alexandro Saco
31 5 2008

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