jueves, 21 de enero de 2010

Bayly interruptus


Si Bayly ganase las elecciones se quebrarían algunos tabúes que encajonan nuestro imaginario. El de la iglesia como protectora de la sociedad encarnada en la familia tradicional; el de la homosexualidad como condición limitante; el de los consumidores de drogas como imposibilitados para asumir responsabilidades mayores.

En el primer caso porque Bayly se ha declarado agnóstico, es decir que si Dios existe o no da lo mismo. En el segundo, porque así la homosexualidad sea tolerada, el estigma persiste aunque normalizado y burlesco, y la llegada de un bisexual declarado a la presidencia sería legitimador. Y en el tercer caso significaría una cachetada a la hipocresía que enarbola al alcohol como si no fuese una droga, mientras indispone a los que consumen otras.

Más allá de su ideología, sus rasgos racistas y su creencia en el modelo neoliberal, Bayly es inteligente, y si a ello le sumamos el ingenio, podemos estar frente a una combinación explosiva, que se conecte con una proporción de la población.

¿Pero es Bayly capaz de conducir el Estado peruano hacia una perspectiva de derechos y libertades? Lo más seguro es que más allá de su ingenio, su intensión quede interrumpida, como ya se observa. Defender ideológicamente a un sujeto como Barba es temerario; enaltecer a Ghersi, que se surra en la libertad de Felipe Tudela, defiende a Yale para quedarse con piezas incas, y convierte en plagiario al que Bryce plagió, muestra de la lógica de nuestros liberales.

Además Bayly, como sus amigos, tiene incrustado el chip del fin de la historia y de que el modelo funciona. Ahora dice cosas como que la minería es mala, pero no se da cuenta aún que tendrá que ir alineándose. ¿Acaso podrá deslindar de los pseudo liberales que defienden cualquier abuso del capital justificado en la libertad empresarial?

Si postula, enfrentarlo no pasa por lo moral o lo decente; la moral casi siempre termina en moralina; además con una frase puede sepultar las críticas a su estilo de vida. Pero acaso podrá seguir contando en Correo sus desventuras sexuales o su consumo de pastillas. ¿Puede un presidente mantener esa forma de vida y contarla? Si asumimos que la intimidad es inviolable, sí; ¿pero aceptaría la sociedad peruana los delirios y pastillas de su presidente todos los martes impresos en la prensa?

Más allá de sus fallas de origen, la candidatura de Bayly puede servir para remover prejuicios, para seguir colocando a la Iglesia católica en su lugar; para entrar en un debate sobre la despenalización de las drogas ilegales; para incorporar reformas que permitan a las distintas opciones sexuales tener los mismos derechos que los heterosexuales. Esos asuntos afectarán más a derecha conservadora que el de la izquierda progresista, ¿o no?

Mejor utilizar a Bayly como una fuente de debate para atacar el conservadurismo demostrando que la derecha peruana es anti liberal y que la izquierda puede estar más cerca de las libertades. Si se coloca a Bayly como demonio, se perderá una oportunidad desnudar a la caverna encabeza por Castañeda. Una segunda vuelta Humala - Bayly no sería aburrida, aunque muchas pastillas para dormir deberán pasar por las gargantas antes de abril de 2011.

Alexandro Saco
20 1 2010

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sus desventuras sexuales las cuenta en Perú 21.

cain dijo...

Me di una vuelta por tu Civilización Perú. Tenía ganas de enterarme cómo andabas.Seguis escribiendo.Es lo esencial.He reformulado el sitio.Si podés ingresar, vas a comprobarlo.Por cierto, sería interesante volver a recibir tus artículos.

www.cainonline.com.ar