Como dice Santiago Alba Rico, no
sabremos si fue el peor momento para que Chávez muera, pero sí sabemos que
Chávez irrumpió en el momento indicado, cuando la hegemonía neoliberal se pretendía
absoluta. Esa irrupción demostró que con todas sus limitaciones,
contradicciones e indefiniciones, la posibilidad de un modelo alternativo mental
y operativo será producto de una voluntad constante.
La sucesión de impulsos socio
políticos post Chávez Presidente, traducidos en resultados electorales,
derivaron en la llegada al poder de fuerzas de izquierda que ahora deben
confrontar la utopía con un esquema político económico incrustado
inconsultamente; ilegítimo dirán otros. El propio Ollanta Humala, a pesar de su
posterior cobardía política, es producto de ese influjo. Esa irrupción, más
allá de que se pretenda tergiversar o deslegitimar, existe, ha reorientado la
práctica política y la integración. Hoy, con sus complejidades, buena parte de
las sociedades latinoamericanas procura dejar de ser el reflejo de las
hegemonías occidentales.
El sentido común político
reconoce como demócratas a presidentes que alegremente traicionan las
propuestas que los llevaron al poder, o que reciben incentivos monetarios de
grandes empresas; como democracias a países que mantienen invasiones que aniquilan
inocentes como en Afganistán, que provocan una guerra que produce más de un
millón de muertos en Irak, o que ocupan naciones como Palestina desde 1967. Se
entrega el Premio Nobel de la Paz a la UE, cuyo colectivo avala y participa en esas
invasiones o cuyos miembros andan enfrascados en arbitrariedades alrededor del
mundo. Pero resulta que el dictador más peligroso del mundo es Hugo Chávez: ¿dónde
están las guerras iniciadas por Venezuela?
En Latinoamérica la incoherencia
se repite sobre los fetiches antichavistas. Medios de comunicación cerrados en
Perú en los últimos años; claro, una cosa es RCTV y otra Radio La Voz de Bagua.
¿Y la pluralidad? En el Perú tenemos una TV de señal abierta que denuncia los
abusos reales del poder, con periodistas que identifican frontalmente las
arbitrariedades políticas y económicas ¿no? Control de las instituciones en
beneficio del gobierno de turno o de poderes políticos: Jurado de Elecciones en
el que la influencia del apro-alanista es más que evidente, Tribunal
Constitucional que baila al ritmo de quien más lo presiona, en el que ciertas mafias
logran una revocatoria haciendo añicos la ley electoral.
Y así, podríamos identificar en
los demás países de la región situaciones igual o peor de criticables, pero indicativamente
se demonizan si se trata de Chávez y de su gobierno. Como aquel fraude en el
que Felipe Calderón usurpó el poder, o los miles de miles de votos que el PRI
compró a 50 dólares para hacer Presidente a Peña Nieto (presentando la foto del
voto tomada en el celular). Entonces, ¿de qué hablamos cuando referimos la
institucionalidad quebrada o el control sobre los medios de comunicación? Debate
abierto.
Son muy pocos los seres humanos
con la capacidad de variar el curso de la historia; unos lo hacen para mal,
otros para mejor. Latinoamérica es distinta desde la aparición política de Hugo
Chávez. Los ochenta y los noventa configuraron un mapa político regional
aletargado y adormecido por la derrota de la izquierda original. El fin de la
historia parecía definitivo no sólo en nuestra región sino en el mundo, hasta
que emerge la posibilidad de conformar un orden distinto al obvio expresado en
instrumentos como el ALCA, felizmente derrotado; por si acaso la geopolítica mundial
es parte del análisis político.
Esa es la magnitud del legado de
Chávez; no el detalle de los rasgos autoritarios, criticables en él como en
cualquier otro mandatario. Refresquemos la memoria pues: Mapuches encarcelados
de por vida por defender su territorio; 23 muertos en el gobierno inclusivo de
Ollanta y más de cien en el de García; presidentes como Santos que cuando fue
ministro de defensa ordenó bombardear Ecuador, o narcotraficantes como Uribe
condecorados por universidades peruanas. ¿Análisis político?
El asunto es qué apuesta política
nos acerca de mejor modo a un mundo más justo ¿aquella que mata de hambre o
enfermedad bajo el pretexto de que esas son la reglas del mercado, o la que se
atreve a cuestionar y obrar para superar los supuestos económicos y los
sentidos comunes fabricados en laboratorios intelectuales? La respuesta es
obvia.
Alexandro Saco
8 marzo de 2013
4 comentarios:
Chávez, es y seguirá siendo un líder...
Se necesita gente, que como él diga las cosas claras y cumpla lo prometido a un pueblo, a su pueblo!
Lindo artículo! Lo puedo compartir en el Facebook?
Estimado Alexandro.
Recibe mi sincera felicitación
por ese resumen entendible de
lo que tendría que ser el inicio
de un debate internacional
sobre lo que significa Hugo Chávez.
Poquísimas mentes en Peru
(contados con los dedos de una
mano)están en capacidad de hacer
este enfoque.
Cordialmente:
LUIS IGNACIO AQUIJE HERNANDEZ
gracias estimados por el comentario; si gustan difundanlo en sus contactos; seguiré escribiendo sobre esto
La muerte de Hugo Chávez constituye una gran pérdida.Él además colaboró con los damnificados de Ica mientras que el gobierno ladrón no dejó que muchas donaciones lleguén a su destino. Un abrazo Alexandro .
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