jueves, 13 de abril de 2006

Semana santa o plena

Si bien todas las celebraciones son repetitivas, la semana santa es particularmente densa. Veamos la televisión o las representaciones en las calles. Sin exageración, desde que tengo uso de razón, estos días nos invaden con las mismas producciones cinematográficas año tras año. Y es triste que así sea, por que lo que podría ser un hecho vital, en el que la religión católica de veras renueve su mensaje, es un tránsito que muchos pretenden evadir de algún modo. Es que por lo menos esta religión, de la que estamos más cerca, hace todos los esfuerzos por que nos alejemos de ella.

El viernes santo en los medios de comunicación oiremos las palabras circulares del sermón de las tres horas. Mensaje encriptado, sufrimiento, sacrificio, pasión, entrega, envueltos en la nula santidad de sus divulgadores. La fe es mucho más grande que los encargados de sostenerla, la iglesia católica es pequeña para contener lo que la inercia espiritual le entrega. Las cifras lo demuestran, simpáticas o no, otras demostraciones de fe, por lo menos se perciben más vitales e incluyentes.

La misa es la culminación de la incomunicación. Un acto unilateral, adornado del silencio de la feligresía, ajena a la participación. Qué ameno sería que las personas puedan participar intercambiando con el sacerdote, diciendo a la reunión entera qué sienten que es Dios para ellos, o contando un pasaje de su aventura vital. Qué alegría oír las preguntas de los niños, antes que los cantos de los adolescentes encaminados. Qué reconfortante alzar la viva voz en lugar del rezo casi silente.

La iglesia no va a cambiar, por que su naturaleza es conservar. Cuando algún cambio se ha producido eso ha llevado a un sisma. Esto simplemente es un ejercicio imaginativo, aquel que algunos acaso hubiéramos querido, pero que desde la irreligiosidad ahora dibujamos cada año en la semana santa. Semana del sufriente Jesús, del silencio, de abstención en la mesa. Mientras que el ser humano Jesús sigue vivo no por su pasividad ni por su santidad, sino por su hiperactividad, por su emotividad, por su inconformidad. Jesús en el Vaticano no existe, menos en la misa, y se bajaría de la cruz para hacer leña con ella.

Católicos, dejen una vez de lado las palabras de los representantes del cielo en la tierra, no vean al Papa ni al cardenal lavando pies, ni se unan en rezos. Tomen el alma en sus manos y comprueben si eso es lo que les dice la vida. Comprueben si la plenitud está bajo el cemento o en la procesión, no hagan de la abstención un compromiso para mejor. Dicen que la religión lleva a la plenitud del alma, no lo creo. Lo que si sé es que la plenitud está más cerca de lo que la religión nos ha hecho creer. La soledad es plena, el árbol es pleno, esos animales son plenos, la noche es plena, las olas son plenas, ese libro es pleno, sólo falta que te atrevas a ser pleno, un minuto nada más y el universo te tocará.


Alexandro Saco
www.radiosanborja.com
13 4 2006

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Las películas no tienen nada que ver con el catolicismo.. me parece saludable que un dia al año se recuerde el inmenso amor de Dios mediante las historia de Jesus.
Lo que pasa es que las iglesias no entienden del amor que finalmente da la plenitud, sino de no perder "ovejas del rebaño"..
No tengas miedo y sigue tu propio camino...
Harold.

Walter dijo...

Excelente, mi querido Alessandro, eres el primer periodista, al menos que yo haya oido, que se atreve a comentar "al aire" sobre las dudas de la veracidad de la Biblia y la historicidad de los evangelios. Es una valentía digna de encomio pues te expones a la censura de los dueños de los medios y de los anunciantes que solo permiten lo "políticamente correcto".

También me gusto mucho tu artículo. Coincido con él en la mayoría de aspectos.

En cuanto a la verdad histórica de los evangelios, es una cuestión de investigación y no de fe, ni de creencia. Los hechos, documentos y referencias históricas están allí para revisarlos y sopesar con nuestro razonamiento lógico su veracidad o falsedad, no es tema solo para eruditos bíblicos, si bien es importante apoyarnos en sus investigaciones para buscar la verdad.

En cuanto a Jesús y los apóstoles permiteme transcribirte un artículo que resume, mejor que lo haría yo, lo que se conoce del tema:

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Jesucristo nunca existió

Días antes de las últimas navidades EL PAIS SEMANAL publicaba un extenso, aunque vacío, artículo sobre la existencia histórica de Jesucristo. Es un tema que creíamos superado, pero ante la expectación generada, las «cartas al director» publicadas posteriormente y la rabiosa reacción eclesiástica nos sumergimos en el tema. Reproducimos a continuación un artículo aparecido en el boletín nº 33 de la Escuela Libre Paideia (Mérida).

En los cinco libritos titulados «Jesucristo nunca ha existido» (De Emilio Bossi. Publicaciones Acratas: El Sembrador. Edita CNT de Andorra) se puede leer, y se debe, que en realidad Jesucristo no existió, no fue un personaje histórico. Los griegos y los romanos no oyeron hablar de él, su nombre no aparece en obras profanas hasta un siglo después y aún así indirectamente, a propósito de movimientos y de las persecuciones de la secta cristiana. En el mismo judaísmo no dejó una impresión muy duradera. Filón muerto hacia el año 50 nada sabe de él. Josefo nacido en el año 37 y que escribió hasta finales de siglo sienta su condena en algunas líneas como un suceso vulgar y al enumerar las sectas omite a los cristianos.

Un escritor hebreo, Justo de Tiberiades compuso una historia hebrea desde Moises hasta finales del año 50 y no cita siquiera el nombre de Jesucristo.

Plutarco nacido 50 años después de Jesucristo, historiador eminente y concienzudo no pudo haber ignorado, de conocerla, la existencia de Cristo y «sus proezas». Séneca no dice una palabra de Cristo aunque hablando de los cristianos no los distingue de los hebreos.

El mismo silencio de la historia hacia Jesús, se produce hacía los apóstoles acerca de los cuales no existen más documentos que los eclesiásticos.

Los únicos autores profanos que han hablado de Cristo fueron el historiador hebreo Josefo, Tácito, Suetonio y Plinio. Se demuestra que Suetonio y Plinio entran en contradiciones y se excluyen uno a otro y las pocas líneas de Josefo y Tácito han sido falsificadas. Por si fuera poco, ninguno de los que debieron tener tratos con Jesús, como Pilatos, Hanán, Caifás, etc., dejó rastro en su historia de estas relaciones. Los únicos testimonios que hablan de la vida y obra de Jesucristo son los evangelios y datan de los siglos III y IV y no son prueba de la existencia de tal personaje.

La vida, el pensamiento, la acción, la palabra, la doctrina de Cristo no existe en los evangelios, como no sea en cuanto son predichos por los profetas o previstos por el Antiguo Testamento. Si nace en Betlem, van a Egipto, si Herodes ordena la matanza de los inocentes, si vuelve a Galilea y vive en Nazaret (para poder llamarse Nazareno), si encuentra a Juan Bautista, va a Cafarnaun, sana endemoniados, cura muchedumbres y les prohibe que lo divulguen, habla en parábolas para no ser comprendido, Judas le traiciona, en la cruz pide de beber, etc..., es para cumplir las Escrituras y las profecías. Cristo ni dijo ni fue él mismo, más que lo que la Escritura había ordenado que hiciera o fuera.

Por si fuera poco, existen numerosas contradiciones y omisiones entre los cuatro evangelistas. Mateo y Lucas dan distintas versiones de la genealogía de Jesús. En cuanto al viaje de María y José, Marcos y Lucas se contradicen en si pasan o no por Jerusalén, si huyen a Egipto o no. Marcos y Juan nada dicen de la infancia de Jesús. Hay contradicción en cuanto a dónde vive y sus viajes a Jerusalén donde es conocido o no. Las hay también en si Juan Bautista conoce o no a Jesús, en el día de la última cena, en la escena del huerto de Getsemaní, ni en la hora de la muerte.

En otro lugar de esta obra se pregunta el autor que si Jesucristo nunca existió, cómo y por qué fue inventado, para pasar a demostrar que otros personajes análogos e idénticos le precedieron en la historia de los mitos.

En la antigua India hubo más de un Dios redentor, Vischnu se encarnó nueve veces, tomando forma humana para redimir a la humanidad. En la octava se encarna en Cristna y en la novena en Buda.

Cristna nace de una virgen y está vaticinado en los libros sagrados indios. Su venida le es revelada a la madre de la virgen para dar el nombre de la misma y que se sepa el destino del que ha de venir. Hay un tirano que al enterarse en sueños de tal nacimiento y que le destronará ordena una matanza de los niños nacidos esa noche, el día del nacimiento ( en un redil) es adorado por pastores. En fin que resucita muertos, cura leprosos, devuelve vistas y oídos. Un día que se enfadó con sus seguidores se les aparece con el rostro rodeado de tanta luz que estos no pueden resistirlo. A raiz de este hecho le llamaron JEZCUS CRISTNA (nacido de la pura esencia divina). Todo eso ocuría 3.500 años antes de nuestra era.

La novena encarnación es como Buda. Fue revelada en sueños a su madre la grandeza del hijo y el carisma que éste tendría entre sus semejantes. Escoge para nacer una casta principesca (como Jesús). La madre de Buda se llamaba Maya o Maïa y le concibió fuera de toda relación sexual. Dotado de gran inteligencia maravilló los doctores con su sabiduría, abandonó el lecho materno para cumplir su misión. Fue tentado varias veces por el demonio pero salió victorioso de ellas. El más celebre de sus discursos fue «El sermón de la montaña», (como el de Jesús), tuvo su discípulo traidor y sus dos discípulos diametralmente opuestos, lo mismo que Pedro y Judas. Después de su muerte se aparece a sus discípulos en forma luminosa con la cabeza rodeada con una aureola. En el budismo se encuentran todas las prácticas religiosas del cristianismo y cuando los misioneros católicos se encontraron por primera vez con los monjes budistas, creyeron en un engaño del diablo.

Mitra es el dios redentor de Persia. Llamado también Señor, «nace» en la gruta de una virgen, el mismo día que andando el tiempo «nacerá» Cristo, el 25 de Diciembre, o sea el solsisticio de invierno. La madre, como no podía ser menos, permanece virgen después del parto. Se anuncia astrológicamente por una estrella que aparece en el Oriente y unos magos le llevan perfumes, oro y mirra. Muere como Cristo en el equinocio de primavera y sus penas redimieron a la humanidad.

En Egipto también tenían su Dios redentor en Oro (Osirapis o Serapis). Nacido de una virgen en el solsticio de invierno, muerto en el equinocio de primavera y también resucitado. Tuvo su huida llevado por la virgen Isis en un asno.

También Baco (llamado Salvador) nacía en el solsticio de invierno, después de muerto bajaba a los infiernos y resucitaba. La mitología del antiguo testamento se basa en estos conceptos fundamentales: Dios, la creación, la caída de los angeles, el Edén, la serpiente y el pecado original, el diluvio, la torre de Babel, los angeles y los demonios, el Paraiso y el infierno, los Patriarcas, un legislador inspirado y los profetas. Pero esta mitología no es original, pues la tuvieron otros pueblos antes que el hebreo.

Un Dios nacido de una virgen -dice Dupuis-, en el solsticio de invierno, y resucitado en la Pascua, después de haber descendido a los infiernos; un Dios que lleva tras de sí un cortejo de doce apóstoles correspondientes a las doce constelaciones, y que hace pasar a la humanidad bajo el imperio de la luz, no puede ser más que un Dios solar, copiado de tantos mitos heliosísticos que abundan en Oriente.

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Tampoco se trata de "probar" que no existió un lider religioso de carne y hueso sobre el cual se construyo el mito y al cual se atribuyeron las maravillas evangélicas. El caso es que no lo sabemos porque no hay pruebas de ello. Solo podemos afirmar que las supuestas pruebas que presentan los padres de la iglesia son falsas y que la historia no da evidencias de la existencia del Jesus de los Evangelios.

Un abrazo,

Walter

Walter dijo...

Hola Harold:

Dios no existe, ni el alma ni el cielo ni el infierno, ni el Diablo,etc. La Biblia y los Evangelios son libros mitologicos. Jesus, los Apostoles, la Virgen, la Magdalena, son personajes RELIGIOSOS FICTICIOS.

Que pasen todas las películas que quieran pero en honor a la verdad debían poner un gran letrero que diga "ESTO ES FICCION"

(Igual letrero debian llevar la tapa de la Biblia y de los Evangelios)

Lo digo sin ningún ánimo de ofender a tu fe, pero no debemos confundir la fe, que es aceptar algo sin pruebas, con la verdad histórica y el conocimiento, que solo son aceptables partiendo de evidencias radcionales.

Saludos

Wañter

Walter dijo...

Alessandro:

Cuando escuche a Cipriani hablar de "amor al prójimo" con su tremenda cara de sinverguenza, recorde de inmediato cuando declaró que los derehcos humanos eran una cojudez, jajajaja.

Ya lo decía Ambrose Bierce

"Occidente: Parte del mundo situada al oeste (o al este) de Oriente. Está habitada principalmente por Cristianos, poderosa subtribu de los Hipócritas, cuyas principales industrias son el asesinato y la estafa, que disfrazan con los nombres de “guerra” y “comercio”. Estas son también las principales industrias de Oriente."

Walter

Anónimo dijo...

Hola Walter,

El mas grande error (por ejemplo los catolicos, o los mususlmanes) es creerse dueño de la verdad, el que cree que es ficción esta en su derecho y el que cree que es real también. Al mismo tiempo cada quien es libre de ver lo que quiera. Si queremos vivir y dejar vivir, porque tenemos que tratar de un modo distinto a esas producciones, en ninguna película de cualquier otro tema ponen "esto es ficción", la pasan sin mas, comparado al resto de dias al año no se puede decir que es algo que te obliguen a ver. Estas producciones solo tienen mensajes de paz y amor que no dañan a nadie, Que mas da que yo crea y otros no crean?? que cada quien busque su camino ya sea creyendo o descreyendo lo que quiera.
vivir y dejar vivir

Anónimo dijo...

Me olividaba de firmar..
Harold.

Walter dijo...

Hola Harold:

Tienes razón, excepto las películas que pretenden ser históricas y que son una fuente de incultura, a mi también me gustan algunos refritos antiguos y sus mensajes bien intencionados.

Te cuento que uno de mis libros favoritos es Don Camilo de Giovanni Guarescchi, en donde el cura conversa con el Cristo de madera que tiene en su Iglesia. Los cuentos son extraordinarios, divertidos y edificantes, pero nadie me quiere hacer creer que por bonito que sea, sea realidad.

Entrando en la relatividad de la verdad que mencionas, te transcribo un pequeño parrafo de Harold Pinter, Premio Nobel de Literatura:

"[Antes dije:]'No hay grandes diferencias entre realidad y ficción, ni entre lo verdadero y lo falso. Una cosa no es necesariamente verdadera o falsa; puede ser al mismo tiempo verdadera y falsa.' Creo que estas afirmaciones aún tienen sentido, y aún se aplican a la exploración de la realidad a través del arte. Así que, como escritor, las mantengo, pero como ciudadano no puedo; como ciudadano he de preguntar: ¿Qué es verdad? ¿Qué es mentira?"

"El lenguaje político, tal como lo usan los políticos, no se adentra en ninguno de estos territorios dado que la mayoría de los políticos, según las evidencias de que disponemos, no están interesados en la verdad sino en el poder y en conservar ese poder. Para conservar ese poder es necesario mantener al pueblo en la ignorancia, que las gentes vivan sin conocer la verdad, incluso la verdad sobre sus propias vidas. Lo que nos rodea es un enorme entramado de mentiras, de las cuales nos alimentamos."

En el caso de Jesús del Nuevo Testamento, la verdad es que no hay evidencias históricas de su existencia. Si quitamos todo lo sobrenatural y legendario de los evangelios, no queda nada.

Entonces en términos de Pinter, si tomamos a la existencia de Jesus como una artística ficción, es correcto lo que tu dices; pero si lo tomamos a la luz de la política de la Iglesia y de su influencia en la vida real de los ciudadanos, es mentira.


Saludos

Walter

Anónimo dijo...

Hola Walter,

El mas grande problema del cristianismo en la actualidad es la iglesia católica. Es mejor no mezclar ritual/catecismo con fe.

Si hablamos de política o poder entonces no podemos hablar de Jesús ya que su mensaje es de amor. La politica es calculadora, da para pedir algo, el poder subyuga, es totalmente opuesto al concepto amor que tiene que ver con el olvido de uno mismo, el no pedir nada, el no querer poseer a nadie ni estar sobre nadie..

El NT de Jesus sin lo sobrenatural tiene el mensaje de amor que se mantiene incambiable y perfectamente valido en el tiempo. Esa trascendencia ha hecho que aun hoy siga turbando a millones de cristianos no necesariamente católicos. P/e el sermón de la montaña, las verdades humanas, sus miserias y las lecciones son aplicables a cualquier tiempo del genero humano.
La verdad es polimorfa y creo que cada persona solo ve un color de la suma total que es la luz
-haciendo un símil luz_verdad-.

Respecto a lo que dice Harold Pinter, es interesante, pero es solo un punto de vista tan válido como el tuyo o el mio. Es nobel en literatura no en cuestiones trascendentales. Cada quien conoce su propia verdad en base a sus experiencias, vislumbres y vivencias.

Acerca de la veracidad histórica de Jesús, es algo aún sin probar ni tampoco se ha demostrado su inexistencia, he alli la escencia.

Harold.

Walter dijo...

Hola Harold:

No concuerdo contigo en que el más grande problema del cristianismo sea la Iglesia Católica. A mí me parece que el más grande problema del cristianismo es el desarrollo cultural y científico del ser humano, que demuestran su falsedad. Y uno de los más grandes peligros que tiene el desarrollo cultural y científico de la humanidad, es el retorno al fundamentalismo religioso. Peligro que ya se hace patente en los países musulmanes con sus gobiernos religiosos, en Estados Unidos con el creacionismo protestante, en el catolicismo con el Opus Dei, etc.

En cuanto a al mensaje cristiano de amor, realmente no hay nada especial, inédito o único pues son los mismos mensajes que se leen en otras confesiones como el budismo, el confucionismo, el gnosticismo, etc. Y las omisiones del mensaje son elocuentes, nada contra la esclavitud, nada a favor de la igualdad de la mujer, nada contra la intorlerancia etc. Poor el contrario, el supuesto mensaje de amor cristiano es la más grande hipocresía de la historia, como lo prueba el Nuevo Testamento cuando dice: “No piensen que vine a traer la paz a la tierra; no vine a traer la paz, sino la espada. Vine a poner al hijo en contra de su padre, a la hija en contra de su madre, y a la nuera en contra de su suegra.” [Mateo 11, 34-35] Esta enseñanza sustento las guerras y genocidios hechos durante 2000 años a nombre del cristianismo y lo sigue haciendo hasta hoy.

Será muy difícil conocer la verdad absoluta, pero no lo es tanto diferenciar la verdad de la mentira. Lo que han venido enseñando del cristianismo durante 2000 años es mentira. Si extraemos lo sobrenatural, lo mitológico y las “enseñanzas” copiadas de otras culturas, realmente no queda nada. Sobre un Jesús de carne y hueso no hay una sola mención, ni dentro ni fuera de los evangelios.

Sobre el buen Harold Pinter, no lo pongo como prueba de autoridad de nada, solamente su opinión coincide con la mía pero expone mejor que yo, obviamente, la necesidad de conocer la verdad con pruebas y no con imaginación ni con fe, ni relativizando la verdad como que hubiera una para cada gusto; eso puede darse en la imaginación, en el arte o en la fe, pero no en la vida real. Poodemos no comprenderla del todo pero eso no significa que haya varias verdades contrapuestas.

Finalmente, sobre la historicidad de Jesucristo; son los que postulan su existencia quienes deben presentar pruebas. Lo que yo afirmo es que NO HAY PRUEBAS DE QUE EL JESUS DEL NT HAYA EXISTIDO. La Biblia y los Evangelios son libros de mitología religiosa y no de historia.

Por eso lo de las películas de semana santa, porque difunden la ignorancia y la mentira.

Saludos cordiales,

Walter

Walter dijo...

Aclaración cuántica:

Cuando dije sobre la verdad "Podemos no comprenderla del todo pero eso no significa que haya varias verdades contrapuestas" se me olvido un lugar de la ciencia en donde se afirma que eso sí es posible: el mundo de las partículas sub atómicas, en lo que se denomina mecánica cuántica. Asi que mi aclaración va agregando a mi frase:

"Excepto en el mundo subatomico"

Walter

Walter dijo...

Otrosí digo:

No niego que podría haber existido un ser humano real sobre el cual se hubiera formado el mito evangélico, solo afirmo que no hay pruebas de ello.

Walter

Walter dijo...

Pruebas de la existencia de Cristo

Los cristianos creen que Jesucristo es el hijo de Dios que se hizo hombre y habitó entre nosotros, pero, al margen de si era o no el hijo de Dios, ¿habitó realmente entre nosotros? ¿Qué pruebas hay de que Jesús existió como ser humano?.

Los evangelios

La principal evidencia de la historicidad de Jesús, para los cristianos, son los Evangelios. Los 4 escritos, no tan sinópticos como los califican, que relatan la vida de Jesús y están llenos de eventos sobrenaturales, mágicos e inverosímiles; se refieren a Jesús como un ser mitológico, hijo de Dios y mujer. Los milagros y fantasías les quitan valor histórico. Sus enseñanzas son copiadas de otras tradiciones. Los evangelios se escribieron más de cien años después de la supuesta muerte de Jesús, sus origenes y autores son desconocidos, más alla de que la tradición cristiana los atribuya a los apóstoles. Los evangelios contienen imprecisiones cronológicas, históricas, geográficas y de costumbres de la época. Por ejemplo, se relata que José Y María tuivieron que viajar a Belen para que los censen; eso es absurdo, todos los censos romanos contaban a la gente en el lugar en que vivían y nadie tenía que viajar al lugar de su nacimiento para ser censado. Los 4 evangelios considerados oficiales no son los únicos que relatan la vida de Jesús, existen otros llamados Evangelios Apócrifos, que se escribieron en la misma época y que difieren en la biografía de Jesús; esas diferencias biográficas no se presentarían si realmente hubiera existido el Jesús de carne y hueso. Todos los historiadores serios coinciden en que los evangelios no son fuentes históricas confiables, solo hablan de un Jesús mítico, no son prueba de que el Jesús histórico haya existido

Fuentes no cristianas

También se presentan algunas pruebas de fuentes no cristianas, siendo las más importantes los escritos de Josefo, Tácito, Suetonio y Plinio el Joven. Veremos que dicen de Jesús:

1.- Flavio Josefo: (37-94) En el tomo XVIII de su obra "Antigüedades Judías", hay un pequeño párrafo que se refiere a Jesús y que la Iglesia llama "el Testimonio Flaviano". La falta de autenticidad del párrafo es reconocida incluso por académicos cristianos y es por demás evidente: El hilo del relato de Josefo se trunca antes, y continúa después, de la cita. Josefo supuestamente se refiere como un hecho a la "Resurrección del Mesías", afirmación absolutamente inverosímil pues Josefo era judío ortodoxo y como tal no creía en la resurrección de los muertos, ni tampoco en la llegada del Mesías, como se aprecia en toda su obra. Jesús no es mencionado en las cientos de hojas anteriores ni restantes de la obra de Josefo (ni de ningún otro historiador de la época). El "Testimonio Flaviano" se menciona por primera vez en el siglo IV; el historiador cristiano del siglo III, Orígenes, hace referencia a la obra de Josefo y no menciona el párrafo sobre Jesús, no obstante que hubiera sido de capital importancia para sus propósitos; es evidente que en época de Orígenes aún no existía la inserción. La propia Iglesia Católica reconoce que la cita contiene "interpolaciones piadosas hechas por frailes transcriptores de siglos posteriores", forma elegante de reconocer el fraude.

2.- Tácito (54-119) relata la persecución de cristianos por Nerón tras el incendio de Roma. Aún en el supuesto de ser auténtico, el relato no prueba que hubiera existido Jesús, solo probaría que había cristianos en época neroniana. Los académicos dudan de la autenticidad de estas referencias, entre otras cosas porque se acusa a Nerón de incendiar Roma, lo cual es mentira pues está probado que Nerón no se encontraba en Roma en época del famoso incendio.

3.- Suetonio (75-160) se refiere a un tal Crestus que se encuentra en Roma incitando a la rebelión en época de Claudio, entre el 41 y 54 de nuestra era. Crestus es un nombre griego de la época y significa "Bueno", mientras Cristo significa "Mesías", no son la misma persona. Según las tradiciones cristianas Jesús nunca viajó a Europa y murió en el 33; por lo tanto no podría estar creando disturbios en Roma en el año 41.

4.- Plinio el Joven (61-115) dice en una carta que "al amanecer los cristianos entonaban cantos al Cristo como su Dios". Eso tampoco prueba que haya existido el Jesús histórico, solo prueba que ya había cristianos en el siglo II.

Fabricación de pruebas

También se mencionan algunas otras pruebas, pero son muy poco serias para tratarlas todas. Baste el siguiente ejemplo, hay una carta de un ficticio Publius Lentullus "Presidente de Jerusalén" (cargo también inexistente) en la que describe a Jesús de la siguiente forma: "Es de estatura alta.. sus cabellos son de color de avellana ..... la cara agraciada por un agradable sonrosado ... los ojos .. azules claros". Esta carta apareció en Europa en el siglo XIII y dio origen a la imagen del Jesús europeo que hasta hoy vemos en la iconografía cristiana. Pese a lo evidente del fraude, la carta de Lentullus aparece como verdadera en algunas páginas web.

¿Cristianismo sin Cristo?

A falta de pruebas, los cristianos argumentan que no podría haber Cristianismo sin Jesucristo. Eso es cierto, pero no es necesario que Jesucristo haya sido una persona de carne y hueso; para fundar la creencia es suficiente que exista el personaje mítico. Y es lo más factible pues es altamente improbable que un grupo de personas, por crédulas que sean, acepten que uno de ellos sea Dios, primero, por lo esquizofrénico de la pretensión, y segundo porque los judíos eran fervientes monoteístas y no concebían hombres-dioses en sus tradiciones

El origen del mito de Jesús

El Jesucristo humano de los evangelios aparece como consecuencia de la fusión del mesianismo judío y de las religiones gentiles, helenísticas y orientales. En esa época se veneraba a Dioniso, a Mithra y a Krishna, hombres-dioses con historias sospechosamente similares a la de Jesús pero cuyo origen es mucho más antiguo que el cristianismo. La historia del Jesús humano se va formando conforme el mesianismo se aleja del judaísmo y se propaga entre los gentiles, diferentes grupos de cristianos fabrican su propia imagen de Jesús y su propia versión de la doctrina, surgiendo disputas entre ellos. Recién en el siglo IV, en el Concilio de Nicea, los obispos cristianos echan al voto cual iba a ser la historia oficial de Jesús. A partir de entonces se aceptaron los 4 evangelios oficiales y se descartaron muchos otros, apócrifos, que relataban biografías de Jesús diferentes o que presentaban otra concepción del dogma. Por siglos se han enseñado los evangelios oficiales como si describieran una historia verdadera. A través de los siglos se ha impuesto el mito de Jesús. Los libros de historia, las enciclopedias y los medios de comunicación, repiten esta mentira oficial hasta hoy, pero sigue siendo solo un mito. No hay pruebas de que Jesús haya existido.

"Ausencia de pruebas no es prueba de ausencia"

Otro argumento utilizado para defender la historicidad de Jesús, es que "la ausencia de pruebas no es prueba de ausencia". Este razonamiento es solo parcialmente válido; no se puede probar que Jesús no existió, pero quien debe presentar pruebas de que algo es verdad es quien afirma tal cosa y no quien la niega. De lo contrario podríamos decir que "como no se puede probar que los extraterrestres no dominan el mundo, entonces es cierto que lo dominan". No corresponde a los escépticos probar que Jesús no existió. Son los que afirman que sí los que deben probarlo.

La fe o la verdad

Ante la abrumadora falta de pruebas y argumentos racionales a los cristianos solo les queda la fe, y se aferran a ella porque en el campo de la fe no hay razonamiento que valga. Jesús existió pues ellos desean fervientemente que haya sido así. Es un fenómeno psicológico similar al que ocurre hoy con el pueblo norteamericano, muchos no creen que su ejército haya invadido injustamente a Irak ni que estén asesinando inocentes. Creen en Bush, el "comandante en jefe" y aceptan su versión de los hechos Es la misma hipocresía que ha llevado a los cristianos, por siglos, a preferir la mentira que se les impone a la verdad que los compromete. Así se ha aceptado hasta nuestros días el mito de Jesús, no tiene que ser cierto, de tanto repetirse termina creyéndose. Es una concepción errada del mundo, es el error de los padres, de los maestros, de los amigos, de la sociedad. Entonces, pensamos, tiene que ser verdad porque tanta gente no puede haberse equivocado de tal forma y por tanto tiempo. Pero, así ocurre, Jesucristo es solo un mito, no hay pruebas históricas de que realmente haya existido.


Walter