domingo, 6 de agosto de 2006

Fidel Castro, mentiras verdaderas

Por qué Fidel se levanta como una de las figuras contemporáneas. Cómo así su régimen puede ser considerado preferible a otros. Cuba confronta a un mundo que en apariencia avanza. Más allá de las limitaciones a la libertad, de los abusos ciertos que se cometen en Cuba, en esta isla, el mundo libre se ubica ante una realidad que lo enfrenta.

Cuando se critica la falta de libertad en Cuba y se la opone a la que en occidente existe, la situación no es complicada. Si en Cuba no hay libertad para ejercer la opinión, en el mundo libre las limitaciones son ejecutadas apelando a la libertad. No se puede sostener que la libertad de expresión en un sentido amplio exista en los países occidentales. Existen mecanismos sutiles para que ciertos temas no sean tratados o sean distorsionados. La libertad de expresión es ejercida por la punta de la pirámide social, principalmente el poder económico y político. Es un hecho que en Cuba no existe libertad de expresión, pero es un hecho también que la del mundo libre está comprometida, y que hay una conformidad asombrosa ante eso.

En Cuba existe gente, no necesariamente financiada por EEUU, encarcelada por oponerse al régimen. En nuestros países no se llega a eso, pero en muchos casos los abanderados de las libertades, funcionan como perros de presa de algunos intereses. Observemos los procesos electorales recientes en Perú o México para comprobarlo. Es condenable encerrar a opositores o aplicar juicios sumarios, igual de condenable es una libertad de expresión que asesina sin balas, y que desde sus páginas u ondas inunda cizaña.

La desaparición de Fidel nos mostrará de lo que es capaz el mundo libre. Veremos cómo la mano invisible del mercado se abalanzará sobre la isla sin reparo por la libertad de sus habitantes. Hoy en las secciones económicas de noticieros internacionales, se convierte en objetos de mercado a todos los cubanos. Si la libertad fuera un valor en ejercicio, no habría que intervenir en el destino de Cuba, ni aceptar y difundir los discursos que Rice propala. Pero como la libertad es una cáscara, se acepta que desde los EEUU se planee la democratización cubana, como si no tuviéramos el espejo de la democratización de Medio Oriente.

Oponer categorías morales no es el camino para criticar a Cuba. Oponer categorías de desarrollo social desde países que no pueden educar ni dar salud es inconsistente. Puede que Castro cumpla con los requisitos que occidente coloca para definir a un dictador, pero Cuba no ha causado daños a la humanidad como otros estados gobernados por demócratas. Cuba no ha destruido países, Cuba no ha cometido ni comete genocidios, Cuba no es un estado ni una milicia terrorista, Cuba no manipula el comercio internacional para beneficiar a sus corporaciones, Cuba no es un paraíso ni una prisión.

Cuba confronta porque somos sociedades cada vez más manipulables, encuadradas en un pensamiento único, menos dispuestas a pensar, a condenar que se evite la inmigración levantando muros y autorizando la caza de humanos que crucen la frontera. Primero hay que mirarnos al espejo de nuestras mentiras verdaderas.

En lo histórico Fidel Castro es uno de los personajes políticos del siglo XX. Esa perspectiva coloca a Fidel por encima de los presidentes de EEUU que ha tenido que enfrentar, muchos de ellos enanos de la política. Quizá JFK sea quien se le pueda acercar en trascendencia, pero a JFK sí pudo asesinarlo la CIA. Fidel es un referente, no de la “democracia”, sino de la rebeldía, de la respuesta, de la necesidad de decir las cosas por su nombre y de oponerse a expansiones políticas normalizadas.

Oliver Stone entrevistó a Castro, y puso como condición que no haya condiciones. Al finalizar el documental, en el atardecer de los malecones de La Habana, Fidel le dice a Stone algo que los líderes mundiales callan por miedo: que este desarrollo nos llevará al colapso en unas decenas de años. El mundo se ha entregado a un desarrollo que no es tal, sino imágenes en la TV. Cierto, la Cuba de Castro es un espejo de contradicciones. En Cuba las libertades están recortadas, pero en occidente esos recortes se normalizan y aceptan barnizados de libertad.

Alexandro Saco
3 8 2006
www.radiosanborja.com

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