miércoles, 6 de diciembre de 2006

Ecuador y los dogmas del siglo XXI

Encasillar a todo gobierno latinoamericano que no sea pro EEUU, como chavista, es interesado. Esa es una excusa para deslegitimar lo que hay detrás de las reacciones electorales. Lo que hay detrás es un cuestionamiento a algunos de los mitos político económicos de la actualidad, levantados por los falsos liberales como muros de hierro.

Algunos de esos mitos son

TLC o muerte: Los TLC están de moda, y la moda es pasajera. Los países que hoy son desarrollados no tuvieron TLC al estilo que hoy nos pretender vender. Una cosa es el comercio cada vez más libre entre naciones, otra estos TLC que acorralan a algunos y benefician a otros. Esta propuesta del falso liberalismo minimiza que la integración energética y de infraestructura es clave. Los TCL pueden encasillar el desarrollo privilegiando una relación entre dos en lugar de una política de integración.

El dogma de la deuda: Cada vez que la deuda externa es mencionada como tema político, aparece la satanización. Lo cierto es que esa deuda en muchos casos esta pagada. Así como esclavizan a ingenuos humanos con una maquina de coser que terminan de pagar en 30 años en algún rincón de la selva sacando oro, la misma lógica es usada para manipular a los Estados. Hablan de inestabilidad, de fuga de inversores, pero nunca se retiran de los mercados cautivos. Algunos presidentes entregan su cabeza en bandeja al falso liberalismo y andan como elefantes en casa de cristal para contentar a todos

Mercado paradise: De Altahus dice que el mercado de EEUU es infinito y que en el Perú el mercado funciona pero el Estado no. Cierto que el Estado no funciona, pero el mercado tampoco. Cómo va a funcionar un mercado en el que la agroindustria en muchos casos semi esclaviza, o la minería asesina, o el transporte liberalizado mata como el terrorismo senderista, o en el que las tarifas de telefonía fija luego de la presión política en lugar de bajar suben. Ese mercado que funciona bien aún no se consolida.

Encuestax: Es por lo menos raro que siempre los candidatos pro mercado encabecen las encuestas. Evo tenía 32% y ganó con 53%. Correa andaba empatado con Noboa y termino sacándole 20 puntos. Alan le llevaba más de 10 puntos a Humala pero terminaron casi empatados, y en la primera vuelta Lourdes figuró con 40%. Se observa una intencionalidad hacia determinado lado político, creando la sensación de un ganador cuando no lo hay.

Imputar a todo el que cuestiona los dogmas del falso liberalismo una intención destructiva es un facilismo. Es patético vivir en un mundo en el que ya todo está determinado por los inversores o por los TLC, en el que la deuda es dogma y la lucha contra las drogas gasta millonadas para nada. La gente antes que preferir a Chávez o a Bush en muchos casos vota para derrumbar esa construcción ideológica que se ha enquistado como verdad oficial. La verdad oficial es la mentira real.

Mientras esos dogmas pretendan ser impermeables a la confrontación, las elecciones permitirán una expresión que lleve a la presidencia a candidatos que los cuestionen. Dicen los que desprecian las expresiones de apoyo a estas tendencias que el mundo funciona de un modo determinado, sin alternativa político económica viable más que la aceptación de las condiciones actuales políticas económicas y comerciales. Se me hace muy relativa esa afirmación.

Consideramos algunos que el desarrollo depende no de esa adaptación, sino justamente de lo contrario, de la creación de una alternativa. Esa puede ser pasar de ser exportador de materias primas a serlo de tecnología. Esas condiciones de adaptación que cual sermones oímos no impulsan posibilidad de cambio. Una política energética sudamericana es anterior y posterior a Chávez y sus intenciones. Por eso, como el científico que abjura de su verdad, muchos se adaptan, pero en su fuero interno saben que el mundo se sigue moviendo.

Alexandro Saco
29 11 2006

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