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martes, 29 de junio de 2010
Internet, ICANN y Saramago
Durante décadas muchos esperaron una revolución que no llegaba o que cuando se producía terminaba convirtiéndose en lo contrario a lo que buscaba. Es una contradicción interesante que una tecnología producida por las necesidades del desarrollo capitalista, haya derivado en la principal herramienta para confrontar al sistema tal y como lo conocemos. Ante la hegemonía de los medios de comunicación conservadores y relacionados con intereses político económicos, internet permite una libertad de opinión y acceso a información que aún no es controlada o censurada.
A pesar de ello, existen casos que demuestran que los Estados están preocupados por la facilidad en el acceso a información que la red permite. China y su ejército de más quince mil hackers dedicados a bloquear páginas web e identificar personas que acceden a éstas, es una muestra de lo que puede venir. Existen también voces que ya hablan de internet como un elemento de la defensa nacional de los países, lo que podría derivar en propuestas legislativas que limiten sustancialmente el acceso y creación de lugares en la red.
Telaraña
La expansión de la red es geométrica en casi todos los países. Si pudiéramos visualizar la cantidad de cables de fibra óptica y de señales inalámbricas que cruzan el planeta, veríamos una tela de araña entrecruzada sobre toda la superficie terráquea. Siguiendo esa imagen, podemos darnos cuenta de la magnitud de la herramienta tecnológica en la que estamos envueltos. Internet está presente con cada vez más profundidad en las relaciones que establecemos, y por ello trasladamos nuestras ideas, creencias, tabúes y mitos a lo que se coloca o discute ahí.
No es casual que podamos encontrar una actividad sostenida del extremismo de todo tipo en la red, así como intentos de presentar información y conocimiento alternativo. Ello lleva a que los medios de información tradicionales tomen dos posiciones antagónicas frente a la red: los que buscan adaptar su oferta y brindarla de forma abierta a los usuarios, y los que pretenden establecer barreras de acceso para acceder a la información. Es previsible que los intentos por limitar o censurar el acceso, terminen siendo barridos por una realidad en la que la propiedad de la información o del conocimiento es cada vez más relativa.
ICANN y los servidores
A pesar de que sólo algo más del 20% de la población global tiene acceso a internet, en lo político su influencia atañe en buena medida a las acciones u orientaciones que se proponen para que aquellos que no ejercen sus derechos y libertades, logren mejorar sus niveles de vida. Y ello empieza a ser subversivo para el orden establecido, que no halla la forma de direccionar una red casi autónoma, pero que aún depende de una serie de relaciones políticas de las que no se conoce el trasfondo.
El ICANN es un organismo asociado al Departamento de Comercio de EEUU, que gestiona el sistema de otorgamiento de direcciones, y puede anular el dominio de un país y con ello borrarlo de la red, sin que haya legislación internacional para casos así. El 2004 el dominio (ly) de Libia fue sacado de la red durante días a causa de un disputa. Si tenemos en cuenta que EEUU no acepta entregar el control del los dominios a la ONU, como se propuso en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información en Túnez el 2005, y existen trece mega servidores para que Internet funcione, de los cuales nueve están en su territorio, es necesario enfocar al detalle la labor que la ICANN viene ejerciendo.
Saramago lágrima
Hoy existe todo un universo paralelo desplegado frente a nuestros ojos en las pantallas de los ordenadores, que se aprovechará según sus intereses, capacidades o limitaciones. Este universo sería un éxtasis para los grandes cerebros de la humanidad si estuvieran vivos. Los que han nacido con la red la ven como algo natural, pero quizá sea el paso más inesperado que la humanidad esté dando, sin entender aún todo lo que esta revolución significa e implica para nuestra noción de lo espacial, lo temporal y de las relaciones humanas.
Hace unos años Saramago, criticando las limitaciones de la red, dijo que jamás una lagrima emborronará un correo como sí lo hace en una carta; pero es tanta la intensidad de las relaciones humanas sobre la red, que quizá el word en el que escribimos no se manche con lágrimas, pero es innegable que las emociones, sentimientos, pasiones, ideas, deseos, voluntades, ideales y tantas condiciones humanas, tienen ya una expresión casi sincrética con los alcances de la red. Las cosas así, se hace necesario no sólo analizar los aspectos técnicos y obvios que se dan en el uso de la red, sino ensayar sobre el significado de esta relación del humano con un producto de su creación que se autonomiza. Y estar con los ojos bien abiertos frente a los intentos de controlar la red, ya que ésta es de todos.
Alexandro Saco
13 5 2010
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