domingo, 10 de julio de 2016

ZAVALITA: ¿PUEDES DESJODER EL PERÚ?
Señor Fernando Zavala, futuro Presidente de la PCM, ahora que el gobierno y su conformación estarán a su cargo, debe tener total claridad de que ser Gerente General de Backus, o miembro del directorio de INTERBANK, UPC, ALICORP, COMEX o ENERSUR, son cosas muy distintas y a veces opuestas a los intereses de la diversidad que es el país. Debe usted hacer esa introspección sincera, para liberarse de los sesgos que desde la labor privada pueden obstruir el interés público.
Hoy Richard Webb en su artículo “Un país”, afirma que en el Perú nunca ha existido la “seguridad social universal”; y continúa señalando que “se han creado diversos mecanismos de protección pero de una u otra manera éstos se han limitado sólo a algunos. Su característica común: la segmentación y la exclusión”. Pues señor Zavala, ese es el reto principal del país si pretende como ha comprometido PPK, lograr que el Perú sea más igual.
Si usted gusta no vayamos a la discusión del “modelo”, de la cual es muy difícil salir. Vayamos a las constataciones que la realidad nos muestra, y que Webb señala claramente: diferencia en la respuesta pública, segmentación de unos con otros (interesante que la mayoría de negocios privados se base en segmentar para ganar, las lógicas pesan), sociedad sin bienestar como consecuencia. Hemos perdido ya una década desde que estamos en capacidad de dar el salto de la focalización (que es hoy la irresponsabilidad pública para con todos), a las políticas públicas universales, financiadas y de calidad (atisbos hay, pero casi embrionarios).
Y hemos perdido esos años no por culpa de la gente o de los que por una u otra razón protestan o marchan, como el mismo PPK ha demandado en La Oroya, sino por la hegemonía de un pensamiento y acción gubernativa que ha distorsionado lo tecnocrático para convertirlo en barrera al ejercicio de la responsabilidad pública, caricaturizando la respuesta estatal hacia todos los peruanos, para ajustar salud, pensiones, educación, seguridad o vivienda, en la creencia metafísica de que el mercado se encargará de resolver las necesidades primarias; cosa que ni usted ni PPK a estas alturas asumen.
Para avanzar no en el crecimiento de utilidades ni en la expansión de mercados ni en la certificación de ISOS, sino en garantizar progresivamente la atención a las necesidades de la gente, cumpliendo derechos para generar libertades, necesita usted un equipo de gobierno que no replique ese desgastado accionar tecnocrático, ni que le rece al santoral del libre mercado. Necesita que la política basada en el dialogo con todos (con todos), produzca sus frutos, y para eso hay que tener oídos y capacidad de repensar, reaprender y entender al otro. ¿Puede usted garantizar eso de sus 18 ministros y principales funcionarios? Por lo que hasta ahora se sabe, no.
Ahora le cuento algo de mi tema, el derecho a la salud, el sistema público de salud, el MINSA, ESSALUD. Si bien no se ha retrocedido en los últimos tiempos, no se han colocado las bases que permitan construir un sistema público de salud eficiente, de calidad, con buena gestión y organización. Estoy seguro que usted saber perfectamente que el sistema privado de salud es marginal en los países con desarrollo social y nunca alternativo al público; por eso no creo que su gobierno insista es la insensatez de pretender suplir las limitaciones públicas en salud con el accionar privado, que siempre tendrá su propio campo de acción.
Pero si me voy a permitir hacerle un llamado necesario a que como PPK lo ha dicho, logremos una salud universal, igual, financiada y de calidad. Y para eso tienen usted y PPK que designar un Ministr@ de Salud y un President@ de ESSALUD, que tengan la capacidad de voltear la lógica de gestión del sistema y colocarse en el lugar de cada ciudadano que cuando va a buscar salud termina en casos más enfermo o enredado. La ruta no es un albur, ahí están los ejemplos de muchos países y modelos universales.
Finalmente señor Zavala, futuro Presidente de la PCM, habrá notado usted que lleva uno de los apellidos más simbólicos de la literatura peruana, ya patrimonio cultural de la nación. Zavalita caminaba por la Colmena preguntándose en qué momento se había jodido el Perú. Usted Zavala, Zavalita para PPK, va a transitar en su auto blindado cada mañana hacia el centro de Lima, ojala preguntándose, en qué momento y cómo desjoder al Perú; contribuya a eso, desaprendiendo y atendiendo a los otros.
Alexandro Saco

viernes, 20 de diciembre de 2013

APP EN SALUD: DESEO Y REALIDAD

Es indicativo que ciertos sectores asuman que al amparo de los DL emitidos por el Poder Ejecutivo para el sector salud, se esté impulsando la participación privada en la gestión, operación y servicios en los hospitales del país. El editorial de El Comercio del sábado 14 y las columnas de Mirco Lauer y Augusto Álvarez Rodrich del miércoles 18, son un emblema de la desinformación y del poco entendimiento de lo que está en juego.

Lo primero que hay que señalar es que ninguno de los 23 DL emitidos impulsa o da un marco jurídico para la participación privada vía APP o concesiones en la gestión, operación y servicios; repito, ninguno. Entonces ¿a qué se debe que empresarios, medios y otros agentes interesados levanten una falsedad? y ¿qué pasa con la Ministra de Salud y sus funcionarios que son incapaces de aclarar el asunto?
Sucede que a pesar de que uno de los aspectos clave del desarrollo del sistema de salud en el país es la discusión y adecuada regulación de la relación público privada, este tema simplemente ha sido dejado de lado por el MINSA en los DL; pero este ministerio ágilmente se ha lanzado en una campaña que oferta los hospitales públicos de Lima vía APP para inversionistas sobre todo externos y promueve la concesión de hospitales en regiones a cambio de impuestos.
En un acto de temeridad política los funcionarios del MINSA sostienen algo inaceptable: que no es necesario discutir ni normar la relación público privada en salud porque “el país cuenta con un adecuado marco jurídico de APP que ha permitido construir puentes y puertos” (declaraciones de Cecilia Ma en RPP). Frente a esta desubicación no queda otra que recordarles a los que conducen el MINSA (cuando ellos deberían ser los que lo hagan) que una cosa es el cemento y los fierros, y otra distinta en todo sentido el brindar atenciones a las necesidades de salud de la población.
La experiencia de APP en salud en el Perú al amparo de la legislación de Pro Inversión ha sido desastrosa. Los casos emblemáticos son las APP de los hospitales de Villa María y El Callao de ESSALUD en los cuales se ha entregado toda la gestión médica y operativa a una empresa española (sin obligación de brindar todas las atenciones del seguro regular y con otras condiciones laborales para los profesionales) con rangos de rentabilidad que ESSALUD no trasparenta y que estarían alrededor del 25%, lo significará pagar a la empresa más de 4000 millones de dólares en los siguientes 25 años (en España las APP en salud tienen techos de rentabilidad de 8% con la obligación de reinvertir en el sistema si superan ese monto).
Justamente sobre la base de esa experiencia es que se requiere tener condiciones claras en esta relación. Si el MINSA a pesar de conocer esta realidad la obvia y oferta nuestros hospitales públicos para que el capital privado coloque 7500 millones de soles (que obviamente se multiplicarán para recuperar la inversión y generar ganancias), se observa que el discurso de fortalecer lo público no refleja una real voluntad; y si se tiene en cuenta la forma en que esta oferta de hospitales se ha producido convocando a Road Show en un hotel (como si se tratara de venta de autos), el despropósito se completa.
En resumen: No contamos con una normatividad idónea para pretender incrustar tales volúmenes de capital privado al sistema; no se conocen las condiciones económicas y comerciales de las APP y las concesiones de hospitales y su relación con el ejercicio del derecho; no se determina de dónde se pagara a las empresas privadas sus utilidades; no queda claro qué servicios o áreas se pretenden entregar en gestión, operación, mantenimiento y servicios. En suma, estamos frente a una ligereza que de avanzar tendrá complejas consecuencias sobre el sistema de salud del país.
La cereza: no se ha cuenta con ninguna evidencia que demuestre que la participación privada en el sistema público de salud sea efectiva para avanzar hacia el ejercicio del derecho. Al contrario vienen apareciendo informes y estudios que demuestran lo contrario: que la introducción de capital privado en el sistema público de salud lo hace menos eficiente porque introduce una lógica distinta a la obligación de resolver las necesidades en salud. Una buena dosis de ubicaina es lo que el MINSA requiere para entender que un grupo de funcionarios no pueden hacer lo que les pase por la cabeza con nuestro sistema de salud.

Alexandro Saco

jueves, 18 de julio de 2013

IZQUIERDA Y POBREZA: APUNTE A JUAN DE LA PUENTE

Juan de La Puente en su artículo La izquierda, debate y arrebato, plantea entre otros un tema clave para las definiciones del Frente Amplio de Izquierda: la pobreza. Una de sus afirmaciones, cual bumerán, se contradice en el mismo artículo. Señala JDP: “la derecha le pide a la izquierda que si desea la vida deje de ser izquierda”; y luego señala: “se ha reducido más de 30 puntos de pobreza en 12 años de democracia”. He ahí una trampa conceptual a desmontar para diferenciar a la izquierda de la continuidad programática de los últimos veinte años.

El mismo neoliberalismo al que JDP responsabiliza de “haber domesticado y mimetizado al liberalismo democrático”, pretende también domesticar a la izquierda (en muchas casos lo ha logrado) desde tres o cuatro ideas clave: una de ellas es la conceptualización/medición de la pobreza, que luego deriva en aplicación de políticas públicas restrictivas. Asumir la pobreza desde la dimensión aislada del ingreso monetario menor a los 230 soles mensuales por individuo (BM) o 1088 soles por familia (BID), es producto de una domesticación no sólo a la derecha o alguna izquierda, sino a la intelectualidad, el análisis y el pensamiento.
El argumento de los no neoliberales en relación a esto es que se trata de una medición a tener en cuenta como pueden tenerse otras. No, no es una medición más e inocente; el concepto que tengamos de la pobreza es un eje que condiciona la labor y responsabilidad del Estado en relación a los derechos que debe garantizar. No es casual que el discurso y la práctica en estos últimos veinte años enfaticen la responsabilidad del Estado en los pobres y ahora en los más pobres (mañana en los ultra pobres quizá); eso además va de la mano con otra utilización que tergiversa la aspiración de igualdad en derechos: la instrumentalización de la equidad.
Si el Estado se ocupa sólo de los pobres y pobres extremos porque los recursos son limitados es para generar equidad; suena bonito, pero la consecuencia es la siguiente: si el Estado sólo se responsabilidad de los pobres y extremos pobres, todos los que superen esas líneas tendenciosas de medición, deberán resolver sus asuntos en el mercado; y el mercado como dice JDP puede estar legitimado y en buena hora que así sea, pero cuando llevamos a éste el acceso a derechos humanos como salud, educación, nutrición, previsión social y algunos otros, el experimento resulta un desastre o una manera sencilla de exprimir a los que no son pobres (AFP y sus mil millones anuales de comisiones frente a los menos de 200 millones de P65; el per cápita de los afiliados a seguros de salud privados de unos 1700 soles, frente a los menos de 100 soles del SIS).
Siguiendo la medición de la pobreza del BM/BID, se obvia que la responsabilidad del Estado en relación a los derechos básicos es sobre todos y cada uno de los peruanos. Ejemplifiquemos: una madre de familia gana 3500 soles vía recibos de honorarios y con eso sustenta a su esposo y dos hijos; no accede a ESSALUD porque no está en planilla y el SIS jamás la recibirá ya que con 3500 de ingreso no es pobre; a uno de sus hijos le detectan un cáncer cuyo tratamiento bordea los 8000 soles al mes, ¿tiene esa familia/niño el derecho a que el Estado le garantice su tratamiento? De la respuesta que se dé a esta pregunta emana la concepción de sociedad a la que aspiramos. Sin duda la respuesta para una izquierda consistente es única: sí tiene el derecho.
JDP coloca como ejemplos de izquierda el caso de Uruguay y Brasil. Si trasladamos la pregunta sobre ese cáncer a estas sociedades veremos que la respuesta del Estado garantiza esas atenciones, porque asume su responsabilidad sobre todos. Entonces la igualdad no es una abstracción, repercute en la cotidianeidad de la gente. La izquierda que algunos impulsamos no pide que esto suceda mañana, pero sí que se reconozcan los derechos y se establezcan plazos para que el Estado cumpla a lo que está comprometido en normas internas y pactos internacionales.
Sostiene JDP: “el único lugar de una izquierda moderna en el Perú es… los derechos sociales e individuales y la lucha contra la injusticia”. Asumo que en relación a los derechos sociales y la injusticia JDP reconocerá como parte de una izquierda eficaz (me resisto a hablar de moderna) la necesidad de avanzar hacia una igualdad práctica tangible en la políticas públicas, como se ve en ejemplo citado. Ello lleva a además a otro gran tema; pasar de discutir y teorizar sobre la pobreza, para hacerlo sobre la riqueza y su distribución: tarea a iniciar.
Alexandro Saco

martes, 9 de julio de 2013

LEVITSKY, EL MATEMÁTICO

Levitsky confunde matemáticas con política. En su artículo En defensa del Frente Amplio, asume que los resultados electorales de 2006, en los que tres partidos de izquierda no superaron el 1%, son en factor para medir la capacidad de atraer votos. Olvida que la propuesta apoyada en esa elección por la mitad del país fue más radical que la de la izquierda electoral. El problema no son los sellos partidarios, sino las corrientes que pueden derivar en descalabros o aciertos. En el Perú de 2016 habrá espacio, como lo ha habido en los últimos veinte años, para una propuesta alternativa; la única visible ahora es la del Frente Amplio (FA).

La irrelevancia electoral que Levitsky y otros atribuyen a la corriente de izquierda, además de ser relativa, no es irrelevancia en el debate de las ideas y de las propuestas. Es la corriente de izquierda la que ha enfrentado (con mayor o menor éxito) al ejercito neoliberal que cuenta con armas de todo tipo y logra transformaciones políticas a gusto del cliente (desde 1990 todos los gobiernos terminan siendo lo mismo); y a pesar de haberlo hecho con una centésima parte de los recursos con los que cuenta la derecha, ha logrado instalar la disputa, que en elecciones ha tenido expresión en votos.
Afirma Levitsky que el FA carece de base social. Veamos; dejando de lado las organizaciones religiosas, la base social políticamente activa más relevante en el país la conforma el movimiento de derechos humanos/reivindicativo/social en sentido amplio, que fue decisivo para detener el intento fujimorista de retornar al poder. Sí, seguro el polito blanco y la cara de mosca muerta de Ollanta hicieron lo suyo; pero a la hora de la calle y del debate, que son fuentes insustituibles de la política, ahí estuvo esa base social que el analista desconoce.
No se trata sólo de “movimientos de protesta en algunas provincias”, sino de actores en el aparato estatal, en gremios educativos o de la salud, en defensa del ambiente, en la diversa sociedad organizada y sus luchas, que desde una apuesta por variar el modelo, se activan a veces coordinadamente ante los embates del Estado empresarial/conservador. Esta base social movilizable, no la tienen las otras corrientes políticas; visto de forma inversa, la base social con mayor identidad está del lado del FA.
Además afirma Leviksky que el otro gran problema del FA es que “carece de líderes con capacidad electoral”. ¿Acaso Fujimori, Toledo o Humala a tres años de su primera elección fueron líderes con capacidad electoral? Simplemente no existían. El liderazgo político en nuestro país es un enigma. Acá la elección la puede ganar un mequetrefe sin convicciones o un corrupto, y la presidencia puede estar negada para el cuadro más formado en la institucionalidad política como Lourdes Flores. Afirmar que no hay líderes electorales en la izquierda o en general a tres a tres años de la votación es irrelevante.
Levitsky y toda la derecha concluyen en que uno de los posibles candidatos, Marco Arana, no está para “las grandes ligas” porque osó hablar de socialismo; la entrevista en El Comercio es “la evidencia” de incapacidad electoral. Habría que decir que una cosa es una entrevista, y otra tener al frente a gente que no hace más que repetir el evangelio neoliberal. La prensa de derecha con su libreto, antes que entrevistas producen sesiones de bullying mediático de las que obtienen respuestas forzadas; ¿recuerdan cómo la prensa perseguía a Ollanta cual delincuente por las calles de Lima o la emboscada Aldo/Lucar, y a algunos que lo humanizaron que fueron expectorados?
Más allá de los sesgos y su matemática política, el artículo de Levitsky refiere otros asuntos a discutir, como el cansancio frente a los emblemas y retórica izquierdista, o la dificultad de afinar un programa entre marxistas, social demócratas, verdes, libertarios, comunistas y la diversidad de reivindicaciones/demandas que fluyen como ríos sin delta a la vista; cierto, existe una gran riesgo en la apuesta. Pero no obviemos que una de las razones del rechazo al FA se da por pretender construir algo distinto (cosa que ningún otro grupo propone), en donde la apertura a los no partidarizados es un gesto a materializar. Las proyecciones de los escenarios de maduración del FA presentadas por Levitsky son también atendibles.
Lo que la mayoría de análisis obvian, es que así el FA esté hoy conducido por figuras de larga trayectoria, existe una renovación generacional que está participando en las disputas políticas como el NO a la revocatoria o la campaña contra el fujimorismo en 2011. Esa realidad no se quiere ver, y se opta por enfocar las caras conocidas. Que esos nuevos cuadros en la mayoría de casos defiendan una firme apuesta por el cambio en las lógicas de desarrollo y no sólo por matizar el modelo, es lo que no gusta y se pretende invisibilizar.
Alexandro Saco

domingo, 30 de junio de 2013

IZQUIERDAS: APUNTES A ANTONIO ZAPATA, ROL DEL ESTADO Y CAPITALISMO POPULAR


La crítica a la conformación del Frente de Izquierda expresada por Antonio Zapata el 26 de junio en La República es atendible. Revisemos algunas de las ideas expuestas: “necesitamos una izquierda para el periodo neoliberal que junto a la gran inversión ha contemplado el auge del capitalismo popular”.

Sobre la gran inversión

La efervescencia del mercado en la sociedad se produce en todos sus niveles, aunque con distintas lógicas y factores. No son lo mismo el accionar y los alcances de una gran inversión que los de una empresa pequeña o familiar. Eso implica tener respuestas diferenciadas en los órdenes que se requiera. A riesgo de simplificar, en el alcance de las grandes inversiones y/o empresas que brindan servicios relacionados a derechos humanos, un primer paso sería diferenciar la naturaleza de las relaciones que están en juego.

Veamos la salud y su relación con el mercado. Los usuarios de los servicios que sirven para lograr el acceso a este derecho humano (sin duda la salud es un derecho humano) no cuentan con una instancia definida que resuelva sus reclamos o que asuma la defensa del usuario como corresponde al Estado en una relación dispar. Así, tenemos un órgano como INDECOPI que en la práctica resuelve disputas de salud entre empresas y usuarios; pero además contamos con una Superintendencia de Aseguramiento en Salud (SUNASA) que debería ser la que asuma esta responsabilidad; las funciones de ambas se cruzan.

En ese contexto, para avanzar en una adecuada relación entre inversión y servicios, se hace necesario que el Estado determine que las relaciones derivadas de servicios privados relacionados a derechos humanos sean resueltas no en la instancia que ve temas de mercado, sino en la que resuelve temas de afectación de derechos. Así, correspondería a la instancia reguladora de la salud resolver los asuntos derivados de una relación de salud, y no a una instancia que ve temas mercantiles resolver sobre un derecho humano.

La aspiración de justicia social, si bien pasa por la idónea distribución de la riqueza, también requiere contar con mecanismos que garanticen que las relaciones en el mercado sean, en la medida de lo posible, lo más justas posibles, cuando éstas se dan en temas sustanciales a la condición de ser humano. Si bien la expansión del mercado y la precariedad del Estado han llevado a que los negocios se extiendan en distintos campos, es necesaria la diferenciación de la naturaleza de las cosas que están en juego; de lo contrario llegamos a extremos como el revelado en la investigación de El Comercio sobre los ensayos clínicos: pacientes para experimentar a cambio de miles de dólares para los médicos.

Sobre el auge del capitalismo popular

Estamos frente a uno de los fenómenos que más a dinamizado la economía y la sociedad en los últimos lustros. Es cierto, las clases populares sobre todo urbanas han abrazado una lógica del capitalismo entremezclada con los rasgos de nuestras culturas y han generado mercados ahí donde parecía inimaginable. Habría que fortalecer esa vitalidad orientándola hacia la generación no solo reproducción del capital, sino de seguridad social para evitar empobrecimiento y dependencia.

Observando las evidencias de desprotección social en salud o pensiones y la limitada formación educativa, se requiere fortalecer o recrear sistemas de soporte para ese capitalismo popular. Es decir, la gente no debe seguir trabajando para el día a día, sino que sus aportes indirectos a la caja fiscal deben revertir en servicios públicos adecuados de acceso libre, es decir sin gasto de bolsillo; eliminando noción de gratuidad, ya que todos pagamos los servicios que el Estado finalmente nos devuelve.

Esa reorientación estatal se liga directamente con la identificación del “enemigo que la coalición popular que se busca construir” desde la izquierda, que según Zapata sería el “Estado corrupto, normalmente servicial con el poderoso y abusivo con el pobre”. Será el Estado el único enemigo? Como representación social el Estado no debería ser enemigo o amigo, sino cumplir su rol. Pero sucede que ese Estado es precario, se somete al poderoso o funciona por inercia. Ese Estado debe ser reestructurado, no desde la lógica reformista neoliberal de eficiencia, sino desde una apuesta por lo que debe brindar a la población. Y así llegamos a una de las discusiones de fondo, el sentido del Estado: garantizar los derechos reconocidos, no sólo para supervisar al mercado (cosa que también debe hacer), sino para concretarlos.

Ver al Estado sólo como el enemigo y por ende único responsable de la situación actual, es algo reduccionista; siguiendo ese razonamiento podríamos derivar en la irresponsabilidad de los actores que trasgreden las normas o presionan por beneficios indebidos, obviando que en buena medida el Estado está infiltrado en sus altos niveles por agentes del capital, situación que afecta transversalmente sus responsabilidades.

En todo caso, la innovación exigida en la crítica atendible de Zapata pasa por encontrar un equilibrio entre la potencia del mercado en todos sus niveles y la responsabilidad del Estado. Hoy esa responsabilidad está en 50 puntos mientras que la potencia del mercado anda en 500.

Alexandro Saco

martes, 2 de abril de 2013

PPC: Las cuentas claras

La continuidad de Susana Villarán al frente de Lima se debe a una serie de factores. De hecho el aporte en el tramo final de la campaña de Lourdes Flores que empuja al PPC al NO es un hecho relevante, que expresa una decisión a contra corriente en la política peruana: asumir riesgos en contra del sentido común imperante. Bien por Lourdes que pudo reorientar drásticamente la posición de la mayoría de los regidores del PPC que durante los dos años anteriores se prestaron, impulsaron o hicieron de caja de resonancia de la ojeriza contra la alcaldesa.

La oposición encabezada por el PPC en el consejo de Lima expresó inexperiencia y hasta provocación. Están frescas las imágenes de algunos de sus regidores armando escándalos en los salones municipales, las continuas entrevistas a Alberto Valenzuela en Correo o en Sin Medias Tintas, que más que para informar o sentar posición, contribuían al libreto demoledor. Esta orientación se diferencia de que parece haber esperado su momento para aflorar al interior de la bancada, expresada por Pablo Secada, que más allá de la posición ideológica (que habrá que discutir en otro momento) fue ajena al aprovechamiento político.

Lo que quiero expresar es que hubo una corriente al interior de la bancada municipal del PPC que desde el inicio de la gestión de Susana apostó debilitar la gestión, y que fue Lourdes Flores la que tuvo que llegar a poner orden en este juego. Tanto así que el propio Raúl Castro (el limeño no el cubano) días antes de presentar a Fuerza Social el famoso Pacto por Lima se orientaba claramente a favor de que el PPC respaldara el SI (revisen las entrevistas sobre todo una de inicios de año en RPP). En todo caso, si de liderazgos se trata, el de Lourdes demostró que es capaz de controlar las cabezas calientes del partido, que llegaron a votar a favor de un alucinante pedido de vacancia contra Susana.

Lo que sí resulta lamentable, y no se puede dejar de señalar, es este ángulo patriarcal y aristocrático de la visión de Luis Bedoya Reyes (Caretas 2275) sobre su decisión de apoyar a Susana; las palabras hablan por sí solas: “El Chancho Villarán que fue alcalde de San Isidro era muy cercano. Y con la familia de la Puente y Lavalle he tenido una amistad continuada. Entonces el nombre de Susana no me fue extraño. Grande fue la sorpresa cuando me enteré de que alguna amistad tenía con mis hijas… Y al año y medio ya me vapulen a esta pobre mujer… Yo no conocía a la señora Susana. Tenía el recuerdo del apellido y una amistad por un lado y otro que de alguna manera obliga. Por eso me metí en la danza…”
Quizá esta disputa por la orientación del PPC, en la que chocan la apuesta arriesgada y principista de Lourdes, la agitación de los novatos regidores por ganar cámaras y titulares, la perspectiva liberal institucional y el conservadurismo ultraconservador, sea la que el partido deba resolver de cara al 2016 si es que no quiere terminar nuevamente superado por otro auquénido de Harvard, por el pecado y no delito de uno de sus más connotados líderes, o por el error inaceptable de Lourdes al haber aceptado ser presidenta de la empresa de uno de los presuntos (presunto es un decir) mayores narcotraficantes del país. Sí Lourdes, si quieres ser presidenta de nuestro país, esperamos las disculpas por el caso Cataño.
Como ya se ha señalado, estamos en la etapa de construcción de los relatos de la revocatoria del 17 de marzo, y por eso la necesidad de tener el panorama completo. Ante una derecha política y mediática que olímpicamente desconoce que el tremendo repunte (¿único en nuestra historia electoral?) de Susana y del NO, y que éste se construyó sobre la base de miles de activistas y voluntades hoy evaporadas del análisis, con mayor razón contextualizar lo ocurrido. Otra forma de ver lo ocurrido: el NO remontó el 21% de apoyo y lo convirtió en 45% a fuerza del empuje de miles de activistas y de sus propias fuerzas, y al final llegaron otros que se treparon al carro sumando unos puntitos. ¿No va no?
Metida de pata histórica: Es alucinante que la propia Lourdes reconozca el valor de Javier Diez Canseco asistiendo al reconocimiento y declarando más allá de ojerizas ideológicas, y algunos desubicados congresistas hayan votado a favor de sancionarlo como Luis Galarreta y Marisol Pérez Tello, en fin (otros se ausentaron).

Alexandro Saco

viernes, 8 de marzo de 2013

CHÁVEZ irrumpiendo

Como dice Santiago Alba Rico, no sabremos si fue el peor momento para que Chávez muera, pero sí sabemos que Chávez irrumpió en el momento indicado, cuando la hegemonía neoliberal se pretendía absoluta. Esa irrupción demostró que con todas sus limitaciones, contradicciones e indefiniciones, la posibilidad de un modelo alternativo mental y operativo será producto de una voluntad constante.

La sucesión de impulsos socio políticos post Chávez Presidente, traducidos en resultados electorales, derivaron en la llegada al poder de fuerzas de izquierda que ahora deben confrontar la utopía con un esquema político económico incrustado inconsultamente; ilegítimo dirán otros. El propio Ollanta Humala, a pesar de su posterior cobardía política, es producto de ese influjo. Esa irrupción, más allá de que se pretenda tergiversar o deslegitimar, existe, ha reorientado la práctica política y la integración. Hoy, con sus complejidades, buena parte de las sociedades latinoamericanas procura dejar de ser el reflejo de las hegemonías occidentales.
El sentido común político reconoce como demócratas a presidentes que alegremente traicionan las propuestas que los llevaron al poder, o que reciben incentivos monetarios de grandes empresas; como democracias a países que mantienen invasiones que aniquilan inocentes como en Afganistán, que provocan una guerra que produce más de un millón de muertos en Irak, o que ocupan naciones como Palestina desde 1967. Se entrega el Premio Nobel de la Paz a la UE, cuyo colectivo avala y participa en esas invasiones o cuyos miembros andan enfrascados en arbitrariedades alrededor del mundo. Pero resulta que el dictador más peligroso del mundo es Hugo Chávez: ¿dónde están las guerras iniciadas por Venezuela?
En Latinoamérica la incoherencia se repite sobre los fetiches antichavistas. Medios de comunicación cerrados en Perú en los últimos años; claro, una cosa es RCTV y otra Radio La Voz de Bagua. ¿Y la pluralidad? En el Perú tenemos una TV de señal abierta que denuncia los abusos reales del poder, con periodistas que identifican frontalmente las arbitrariedades políticas y económicas ¿no? Control de las instituciones en beneficio del gobierno de turno o de poderes políticos: Jurado de Elecciones en el que la influencia del apro-alanista es más que evidente, Tribunal Constitucional que baila al ritmo de quien más lo presiona, en el que ciertas mafias logran una revocatoria haciendo añicos la ley electoral.
Y así, podríamos identificar en los demás países de la región situaciones igual o peor de criticables, pero indicativamente se demonizan si se trata de Chávez y de su gobierno. Como aquel fraude en el que Felipe Calderón usurpó el poder, o los miles de miles de votos que el PRI compró a 50 dólares para hacer Presidente a Peña Nieto (presentando la foto del voto tomada en el celular). Entonces, ¿de qué hablamos cuando referimos la institucionalidad quebrada o el control sobre los medios de comunicación? Debate abierto.
Son muy pocos los seres humanos con la capacidad de variar el curso de la historia; unos lo hacen para mal, otros para mejor. Latinoamérica es distinta desde la aparición política de Hugo Chávez. Los ochenta y los noventa configuraron un mapa político regional aletargado y adormecido por la derrota de la izquierda original. El fin de la historia parecía definitivo no sólo en nuestra región sino en el mundo, hasta que emerge la posibilidad de conformar un orden distinto al obvio expresado en instrumentos como el ALCA, felizmente derrotado; por si acaso la geopolítica mundial es parte del análisis político.
Esa es la magnitud del legado de Chávez; no el detalle de los rasgos autoritarios, criticables en él como en cualquier otro mandatario. Refresquemos la memoria pues: Mapuches encarcelados de por vida por defender su territorio; 23 muertos en el gobierno inclusivo de Ollanta y más de cien en el de García; presidentes como Santos que cuando fue ministro de defensa ordenó bombardear Ecuador, o narcotraficantes como Uribe condecorados por universidades peruanas. ¿Análisis político?
El asunto es qué apuesta política nos acerca de mejor modo a un mundo más justo ¿aquella que mata de hambre o enfermedad bajo el pretexto de que esas son la reglas del mercado, o la que se atreve a cuestionar y obrar para superar los supuestos económicos y los sentidos comunes fabricados en laboratorios intelectuales? La respuesta es obvia.
Alexandro Saco
8 marzo de 2013

 

martes, 29 de enero de 2013

HABLA CARLOS RODRÍGUEZ PASTOR

Luego de leer el reportaje (en las redes hablan de publicherry): El discreto encanto de Carlos Rodríguez Pastor (CRP), aparecido en La República el 28 de enero, es inevitable referirme a la entrevista que el 17 de enero hicimos en Radicales libres a Ronald Cortez, Secretario General de SINTRASUPER (Sindicato de Plaza Vea, Vivanda, Economax), en la práctica despedido luego del reconocimiento del MINTRA a la organización de trabajadores. Resulta que el discreto CRP, que hoy es el hombre más rico del Perú y cabeza del Grupo IFH, o aplica en sus negocios una deliberada política de amedrentamiento laboral o se le pasea el alma y no sabe cómo se conducen sus principales empresas, de las que Plaza Vea es emblema.

El desarrollo empresarial que el país viene atravesando es enfocado sólo desde una de sus caras, la que incide en los indicadores generales de empleo y crecimiento. Pero esa es una parte del asunto; la otra tiene que ver con los que hacen posible ese crecimiento y el desarrollo de los grupos empresariales: sus trabajadores. Ya lo hemos comprobado en la agroindustria con condiciones laborales medievales, o en tantos otros casos que son obviados por la prensa debido a que la publicidad no se puede poner en riesgo. Si Plaza Vea es el emblema de la expansión empresarial nacional, lo menos que se le debe exigir es cumplir las leyes como el pago de horas extras y respetar la sindicalización de sus trabajadores.
Visto lo sucedido con Ronald Cortez resulta un chiste de mal gusto que sigamos creyendo en esas mediciones que presentan a esta cadena como uno de los 100 mejores lugares para trabajar en América Latina (como la otra que nos dice que el Aeropuerto Jorge Chávez es el mejor de Latinoamérica!!!). Cortez además narró los abusos y maltratos a los que son sometidos los trabajadores de Supermercados del Perú: horas extras no pagadas, realizar labores que no corresponden al puesto, amenazas frente al reclamo; y algo que supera todo lo previsible: interrogatorios policiacos a trabajadores sindicalizados como el que hizo el Jefe de Seguridad de Plaza Vea a Kelly Delgado (Plaza Vea Risso). Y vuelve la pregunta, ¿aprueba o direcciona CRP este tipo de situaciones?
Si el crecimiento del Grupo IFH que dirige CRP, con todo lo ya conocemos, es presentado acríticamente como uno de los símbolos de nuestro actual momento, es que no aprendemos. Real Plaza, Plaza Vea, Oechsle, Casa Andina, Inka Farma, Bembos y otros negocios, han dinamizado el empleo y el consumo en el país; en buena hora. Pero persistir en prácticas ilegales, arbitrarias y abusivas con los trabajadores es de un miopía o intencionalidad alucinante; expresa el lastre que el país no supera para avanzar hacia el desarrollo social: ver a los otros, en este caso trabajadores, como piezas intercambiables, que dada su debilidad en la relación no son reconocidos como sujetos de derechos sino como estorbos cuando se organizan para exigir el cumplimiento de la ley y los contratos.
Por eso pone los pelos de punta la decisión del Grupo IFH de ingresar al campo de la educación superior universitaria y escolar. Ya cuenta con el 100% del Consorcio Educativo Transformador de la Educación Nacional (CETEN) que prevé invertir $300 millones creando 70 colegios al 2020; además de haber adquirido $120 millones de dólares de acciones del grupo IDAT (UTP Lima – UTCH Chiclayo). Teniendo en cuenta como se trata a los trabajadores en Plaza Vea, ¿las universidades del Grupo IFH permitirán ejercer sus derechos a los estudiantes cuando desarrollen la natural actividad política juvenil?, ¿o sucederá como en Plaza Vea y serán expulsados encontrando siempre alguna excusa?, ¿y los escolares aprenderán que los sindicatos son los brazos operativos del comunismo internacional?
Y así podríamos seguir con las preguntas. ¿Qué opina CRP de que el principal producto de venta de Inka Farma sean las fórmulas de leche, que como está evidenciado son altamente dañinas para los niños y los hacen más vulnerables a la enfermedad y a la muerte? Refiere el reportaje de Luis Felipe Gamarra en La República que CRP administra muy bien sus apariciones en público. El escándalo de Plaza Vea habría sido un buen momento para dar la cara y aclarar si estas son políticas institucionales o deviaciones de la gestión; al optar por el silencio, empapelar al dirigente laboral y lanzar campañas de prensa, imagino que a CRP los temas señalados en estas líneas le resbalan.
Más preguntas
·         ¿Por qué Plaza Vea, Vivanda y Economax entregan a sus trabajadores vales de 300 soles para adquirir productos como parte del sueldo? Ello implica que el pago de la empresa se reduce ya que los trabajadores adquieren al precio de exhibición y no al de costo
·         ¿Inka Farma como otras cadenas seguirán incumpliendo la ley que las obliga a facilitar el acceso a medicamentos genéricos?
·         ¿Las cadenas de multicines del grupo IFH seguirán casi prohibiendo la exhibición de películas peruanas o latinoamericanas?
·         ¿Es cierto que ya se están subiendo los precios de los trámites y pensiones en la UTP y en la UTCH?

Alexandro Saco